La risa toma las calles de Candás

Las calles candasinas se convirtieron en un gran teatro con sus actores, actrices, historias y una gran cantidad de protagonistas secundarios que paseaban por la villa y que, sin esperárselo, formaron parte del acto inaugural del salón.

Vestidos con clásicas vestimentas asturianas, y en compañía de la fanfarria local de "Pepe el Chelo y sus marchosos" para llamar más la atención si cabe, comenzó el "Viaje a ninguna parte". Más de un centenar de actores se subieron a un Alsa de los años 50, que hizo el recorrido en compañía de un elegante coche negro de la época. "Ya estamos aquí", coreaban las compañías, mientras repartían panfletos.

Cargados de sonrisas entraron por el muelle de Candás hasta llegar a la plaza del Paseín. Se abrieron paso entre la muchedumbre señores con boina y capa, niños con juegos típicos asturianos, mujeres marineras, guardias civiles e incluso bailarinas.

El salón, que se inicia hoy y no concluirá hasta el 30 de agosto, cuenta con la puesta en escena de 12 funciones, de las cuales siete son estreno absoluto. El escenario es el habitual, el Teatro Prendes, con entradas numeradas que se venderán el mismo día de la obra en la taquilla, a partir de las 22.00 horas. El precio será de 4 euros para los socios y de 6 para los que no lo son. Todas las funciones están programadas a las 23.00 horas.

La encargada hoy de abrir el telón es la compañía Kume, de Langreo, con su obra "Silencio, se roba", dirigida por José Ramón Oliva. En ella una pareja de amigos deciden robarle el reloj de oro al rico cacique del pueblo. Pero hay un problema: el rico siempre va rodeado de un guardia civil y de un guardaespaldas que parece un armario ropero. Para llevar adelante su plan de robar el reloj montarán un enredo de cine.