Una marcha blanca recordó ayer a Diego Monestina Labra, el niño fallecido hace tres años en un fatídico accidente de tráfico en Gijón. Sus amigos, vecinos y compañeros de grupo de montaña "Ensinluz", de Cabranes, le homenajearon realizando una caminata entre Santolaya, de donde salieron pasadas las once y media de la mañana, y el área recreativa de Peña Cabrera. Allí depositaron un ramo de flores junto a la placa que colocaron con motivo del primer aniversario de su fallecimiento. También celebraron una misa en su recuerdo que dio paso a una comida popular.

Fueron unos siete kilómetros de recorrido para "recordar a Diego y concienciar sobre el peligro de los accidentes de tráfico", que en el caso del cabranés fallecido cuando tenía doce años le costó la vida, apuntó William Lloris, miembro de la asociación. Para el grupo de montaña el malogrado chaval es especialmente recordado porque no era un miembro cualquiera. "Era activo cien por cien", indica Lloris, ya que se apuntaba a todas las rutas que hacía. Y como la de Peña Cabrera fue la primera que hicieron quieren que sea la que mantenga vivo su recuerdo. "Una forma de estar con él y caminar con él es ésta", explicó. La novedad de este año es que los alrededor de 80 participantes y caminantes llevaban una camiseta blanca conmemorativa.

Cabranes demostró ayer que no olvida a Diego. "Se le echa de menos en todo el concejo. Era un crío muy activo, que participaba en todas las actividades", resaltó William Lloris. Además, ésta es una forma de acompañar a la familia en su dolor, que ha de sentirse orgullosa de las muestras de cariño hacia su hijo recibidas. No hay duda de que era un chaval muy querido por quienes tuvieron la suerte de conocerle.

Laura Fernández y Ana Lloris, además de primas, eran amigas de Diego Monestina. Le recuerdan como alguien "alegre y gracioso", indica la primera. Mientras, la segunda añade que a la par era "tranquilo". "Se le echa en falta, sobre todo cuando estamos todos juntos", confiesan las chicas.

Por eso para ellas, como para el resto de los suyos, ayer fue un día especial. "A él le gustaba caminar y hoy lo hacemos muchos amigos de Cabranes y de Villaviciosa", donde estudiaba.

Su padre, Santos Monestina, reconoce que siempre han sabido que "era un crío muy querido por todos". De hecho, fue reconocido por votación popular como el alumno más añorado en su instituto. Se sienten "agradecidos". No es para menos.