Ni matizaciones, ni modificaciones, ni mucho menos engaños. Los vecinos y visitantes de Candás consideran insuficientes las palabras del director general de Ordenación del Territorio y Urbanismo, Juan José Fernández Pereiro, de que las obras previstas para el puerto de la villa en el plan portuario regional no afectarán "a ninguno de los elementos emblemáticos". Al menos de eso dejaron constancia durante una protesta organizada ayer entre las playas de La Pregona y Palmera, en la que dejaron claro que las movilizaciones no terminarán hasta que se descarte cualquier tipo de actuación, ya que consideran que, sea cual sea la misma, ésta afectará negativamente a los símbolos locales.

El acto comenzó a la una de la tarde con una participación cercana al medio millar de personas, según fuentes policiales, de las que unas 300 participaron muy activamente en las protestas con gritos de "esto no se toca" y la lectura de un manifiesto por parte del presidente de la Asociación de Vecinos de Candás, Luis Fernández, en el que defendió la necesidad de mantener tal cual el entorno de La Farola, la Peña de Los Ángeles, la Peña Furada y el espigón. "La propuesta merma nuestras actividades sociales, destruye nuestro patrimonio y arruina nuestro atractivo natural", declaró Fernández.

Por ello los opositores a este plan de mejoras por ocho millones de euros reclaman que el Principado dé marcha atrás y olvide unos trabajos que consideran innecesarios y desproporcionados. "Las palabras del director no nos valen y lo que queremos es que elimine esa parte del plan que ya está publicado en el BOPA y lejos de ser un bulo, como dicen, es una realidad", añadió.

Estas palabras fueron muy aplaudidas por los presentes, que en general se mostraron muy preocupados por el futuro de las señas de identidad de la costa candasina. "Es nuestra puerta hacia el mar, nuestro símbolo, y me parece una vergüenza que se quiera destrozar no sé con qué intenciones", dijo el vecino Manuel Rodríguez, muy molesto con unas iniciativas que, a juicio de los lugareños, desoyen su voluntad. "Se presentaron muchas alegaciones y se recogieron 1.500 firmas para respaldar que las únicas mejoras sean de seguridad y dragado del puerto", comenta Esther Fernández, integrante del colectivo vecinal.