En la ría de Villaviciosa se dan intereses encontrados. Mientras los ornitólogos denuncian que la presencia de perros para ahuyentar a los jabalíes perturba el descanso de las aves migratorias, los cazadores y agricultores destacan que es la forma de evitar los cuantiosos daños que estos animales cinegéticos causan en los cultivos, principalmente de maíz.
Vicente González Escudero, del Grupo Ibérico de Anillamiento (GIA), destacó que aunque la presencia de jabalíes en el porreo (terrenos ganados al mar) de Sebrayo no es nueva, "siempre fue escasa, puntual y con poca incidencia en la zona". Pero el año pasado incrementó notablemente el número de ejemplares en el carrizal, lo que provocó bajas en la reproducción de carriceros y rálidos, los dos grupos de aves que se vieron más afectados. Por lo que el GIA solicitó la intervención de la consejería de Agroganadería sin que supusiera un impacto importante en el terreno, con gran interés ornitológico.
El pago de los daños ocasionados por la fauna cinegética supuso un importante desembolso para el Principado, pues algún afectado llegó a cobrar hasta 12.000 euros. César Sariego, que cultiva maíz en los porreos, sostiene que "hay mucho jabalí y la única forma de sacarlos es así". Relata que en la finca de otro agricultor se llegaron a contar 39 jabalíes. Lo corrobora el presidente del coto Carrión, Fernando Elías. La superpoblación obligó a que la guardería tuviera que realizar batidas, lo que supuso las quejas de los cazadores.
Pero, según Vicente González, ahora "la presencia del jabalí es muy escasa, a juzgar por las huellas que nos encontramos". Pero la extensión de maizales ha aumentado porque, como explica Sariego, "es una zona buena para sembrar". González acusa a la consejería de estar "anteponiendo el ahorrar un posible pago de daños a su deber de conservación y cumplimiento del Instrumento de Gestión Integrada de la ría, que acaba de aprobar". Agrega que este año el paso de aves migradoras está siendo más escaso. Lo atribuyen a la sequía y altas temperaturas que ha tenido Europa, donde se reproducen. Estas circunstancias afectan a la calidad del hábitat (carrizales y juncales) y a la cantidad de alimentos. Desconocen el efecto que hayan podido tener estos "perreos".
Para Fernando Elías la solución para reducir los jabalíes pasa por "cerrar los maizales para que no haya daños" y cortar la maleza del eucaliptal de La Enciena donde se refugian durante el día. "Ahuyentarlos es imprescindible", concluye.
