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Siero, a la conquista del Oeste

La competencia entre la Pola y la pujante parte occidental del concejo, liderada por Lugones, resurge con fuerza a raíz del debate en torno a las fiestas locales

Siero, a la conquista del Oeste

En medio del intenso debate plenario en torno a la inclusión de Santa Isabel como fiesta local en Lugones en lugar de la romería del Carmín, el alcalde de Siero, el socialista (y lugonense) Ángel García, tomó la palabra y encendió los ánimos de la oposición al denunciar el maltrato al que, a su juicio, se ha sometido históricamente a Lugones y su entorno por parte del Ayuntamiento de Siero. "Debemos quitar los límites que tenemos en la cabeza, de que el municipio no es el concejo de Pola de Siero. Que hay una realidad que es la de la parte occidental del municipio a la que, sistemáticamente, esta corporación da la espalda y a la que no se quiere reconocer", argumentó García, entre los reproches de la oposición.

La intervención de Ángel García en el Pleno ha tenido una notable repercusión en las redes sociales y en la propia localidad de Lugones. Una reacción que, lejos de ser una anécdota, refleja la profunda fractura que atraviesa el concejo de Siero de Norte a Sur. Una grieta invisible que separa la capital, Pola de Siero, y su entorno de la pujante zona occidental del concejo, que lidera Lugones y que se encuentra bajo la influencia de Oviedo.

Los desencuentros entre estas dos grandes áreas del concejo, que constantemente se mueven y colisionan a la manera de placas tectónicas, han sido un asunto central en el debate político en el concejo durante el último cuarto de siglo.

Si bien la relevancia histórica de la Pola y su condición de capital nunca han sido puestas en duda, el incesante crecimiento de Lugones, motivado por su músculo industrial y por su ubicación geográfica, han llevado a la localidad a adquirir una dimensión impensable décadas atrás.

Además, la relevancia de esta parte occidental de Siero se ha visto reforzada en el último cuarto de siglo por la aparición inesperada de un nuevo núcleo de población que ha experimentado un crecimiento aún más espectacular que el de Lugones: la urbanización de La Fresneda, estabilizada como la tercera localidad del concejo.

"Lugones tiene mucho más futuro que la Pola. Pero es que si miramos la parte occidental del concejo, hay cuatro parroquias -Lugones, Viella, Granda y Bobes- que suman el doble de población que la Pola y muchísima más industria. Pero desde principios de este siglo, mientras que el Ayuntamiento invirtió 26 millones de euros en infraestructuras para la Pola, para estas parroquias no fue ni uno", sentencia Joaquín Álvarez, uno de los fundadores del colectivo vecinal "San Félix", que presidió 18 años, y del partido político segregacionista Conceyu.

La pretensión de separarse de Siero no fue original de Conceyu. José Antonio Coppen, cronista de Lugones, exhumó una primera petición política para desgajar Lugones de Siero y anexionarla a Oviedo ya en 1884. Una pretensión que también centró la comisión de una creación de notables en 1925.

La idea de anexionar Lugones a Oviedo tenía una lógica eminentemente geográfica. Aún hoy, lo único que impide la unión efectiva entre Lugones y La Corredoria es el polígono industrial Puente Nora. La pretensión de Conceyu, no obstante, era diferente: la formación no buscaba integrar Lugones con Oviedo, sino que quería la formación de un concejo propio.

Pese a estas pretensiones y al innegable peso socioeconómico de Lugones, lo cierto es que en las últimas décadas, y especialmente en estos últimos años, la localidad no ha ocupado un lugar preferente en la agenda de los distintos gobiernos. Por ello, la concesión de un festivo propio a la localidad, lejos de ser una decisión cara a la galería, es un reconocimiento a la especificidad de Lugones. La primera decisión política que sitúa a la localidad más poblada en una posición análoga a la de la capital.

Este cambio de paradigma, si de verdad se consolida, podría ser clave para el futuro de Siero. De asentarse la recuperación económica, es de suponer que el concejo retornará a niveles de crecimiento previos a la crisis, en los que Lugones y La Fresneda crecían a un ritmo muy superior a la Pola y El Berrón, apoyadas en su cercanía con Oviedo y en las singularidades de su mercado inmobiliario (el precio reducido del metro cuadrado en Lugones y la especialización en la vivienda de baja densidad en La Fresneda).

En ese escenario, para garantizar la prosperidad de Siero y su definitiva consolidación como cuarto concejo de la región, y no sólo en número de habitantes, el municipio debe empezar su particular conquista del Oeste.

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