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Carreño

Candás se convierte en un parque infantil

Un centenar de niños se reúne en La Baragaña y Santarúa para disfrutar de una tarde con juegos e hinchables

El circuito de coches habilitado en La Baragaña. M. SERRANO

El día del Cristín llegó con retraso a la villa marinera: el mal tiempo impidió que los más pequeños del concejo pudiesen disfrutar de una tarde llena de hinchables y juegos el pasado martes, último día de las fiestas del Santísimo Cristo de Candás.

Ayer, en cambio, lo único que se escuchaba en los parques candasinos eran los gritos y las risas de un centenar de niños que disfrutaban de lo lindo con las numerosas actividades organizadas por el Ayuntamiento de Carreño. Todos los parques y plazas de la villa se llenaron de hinchables y de otras muchas sorpresas para diversión de los niños, que disfrutaron de una maravillosa tarde de juegos.

Jaime Pereira se mostraba tan concentrado en saltar en los hinchables que las órdenes de su madre para que tuviera cuidado caían en saco roto. "Se lo está pasando pipa, lleva más de dos horas subiendo y bajando; esta noche va a dormir que da gusto, y eso que hoy ha tenido cole y estaba cansado", comentaba María Ángeles Rodríguez, madre del niño, entre risas.

Carlota Muñiz, de 6 años, ya no podía más; mientras se sentaba en un banco, su abuela le ofrecía una botella de agua que bebía con tal ansia que se quedaba casi sin respiración. "Me lo estoy pasando genial, he venido con mis primos, pero ellos son más mayores, por eso me ganan siempre", decía.

Sara Gonzalez, de 7 años, se divertía tanto que olvidaba que el colegio ya ha comenzado. "No quiero volver al colegio, me lo estoy pasando muy bien con mis amigos, aunque nos vemos el lunes en clase", comentaba la pequeña.

Pero no todo eran risas y alegrias; algún que otro llanto se oía cuando llegaba la hora de irse para casa, como le ocurrió a Rodrigo Alonso, que entre llantos, y a la fuerza, era llevado de la mano por su madre, pese a sus ganas de quedarse para seguir jugando con sus amigos. "¡Un poco más, quiero seguir jugando, que mañana no tengo clase!", exclamaba, entre sollozos, el pequeño de 6 años.

Ahora sí que las fiestas del Santísimo Cristo de Candás se dan por finalizadas para mayores y pequeños, pero con ganas de que las del año que viene sean mucho mejores y el tiempo dé tregua para poder disfrutarlas en el día que corresponda.

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