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En la cama con Carlos V

El público, encantado con las visitas teatralizadas a la casa del emperador en la Villa, que conserva parte de su alcoba

Víctor Berros, de Carlos V, en la alcoba del emperador. MARIOLA MENÉNDEZ

Si tal día como ayer, pero de 1517, el entonces príncipe de Gante pisó por primera vez tierra española desembarcando en Tazones, hoy se cumplen 498 años de la mañana en la que Carlos V se despertó en la Casa de los Hevia, después de haber pasado la noche en Villaviciosa. La mampara y el suelo de madera de la habitación es lo único del edificio que se conserva como entonces.

"Teatro Contraste" escenificó ayer este acontecimiento y reprodujo el escenario original con una cama similar -la real se encuentra en el Museo Naval de Madrid- y los objetos que en ella habría.

Villaviciosa juega un papel histórico y destacable en la ruta del emperador, no sólo por haber sido el primer territorio español que pisó, sino también porque la corporación municipal maliayesa fue la primera institución que le reconoció como rey, después de haber sido proclamado en Gante. Pero quienes participaron ayer en las visitas teatralizadas en la Casa de los Hevia pudieron descubrir alguna que otra curiosidad más de la estancia.

Laurent Vital, al que da vida José Luis Fernández, siguiendo con sus tareas de cronista del viaje, además de ayudante de cámara del príncipe (Víctor Berros), hizo de guía por el edificio. Para su pesar, una periodista del siglo XXI, encarnada por Míriam Fernández, le fue preguntando por varios temas, no siempre de su agrado. En el hall de entrada del palacio, donde hoy está la oficina de turismo, por aquel entonces estaba la cocina con un llar de leña que además de servir para cocinar calentaba la vivienda de Rodrigo de Hevia, que era el chantre de la catedral de Oviedo. Hospedar a tan ilustre personalidad le supuso beneficios como incluir en su escudo de armas el águila imperial o reconocer varios hijos ilegítimos.

La biblioteca se ubica donde antaño había dependencias para las tareas domésticas, un oratorio y capilla, las salas de los hijos y del servicio femenino. Aquí hizo entrada ayer doña Leonor (Anacelia Álvarez), hermana de Carlos V. En la representación Odile Kurz se ofreció voluntaria para pedirle en francés a los lanceros que dejaran pasar al grupo a la alcoba en la que se acababa de levantar el príncipe. Sorprendido recibió a un público encantado con la visita, en la que no faltó detalle. Fue el caso del esposo de Kurz, Carlos María Álvarez, o de las ovetenses Alicia Pérez y Alicia Camporro. Se quedaron con ganas de más, dijeron.

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