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RAFAEL ESTRADA | Presidente de la Asociación Asturiana de Productores de Escanda

"La escanda es rentable; con diez hectáreas vive una familia un año"

"Pelearemos por la denominación, Bruselas la rechazó por un fallo de forma"

Rafael Estrada. SARA ARIAS

Rafael Estrada preside la Asociación Asturiana de Productores de Escanda (Asapes), con 18 miembros y sede en Grado.

-¿Cómo está en la actualidad el cultivo de escanda?

-En el año 2001 apenas había una hectárea sembrada y eran minifundios. En la actualidad, gracias al esfuerzo de ASAPES y la colaboración de algunos ayuntamientos y el Principado, conseguimos tener más de 50 hectáreas sembradas en toda Asturias. Y hay mucha gente, debido a los mercados y la divulgación que hacemos, interesada en saber qué es, cómo se trabaja y de qué medios disponen para conseguir meterla en el mercado y vivir de este cereal.

-¿Qué importancia tiene la escanda en Asturias?

-La escanda siempre se consideró el oro de Asturias. Servía de trueque. La plaza de La Escandalera de Oviedo, bueno una de las versiones, es que se llama así porque bajaban los paisanos de los pueblos a canjear el cereal por otros productos. Hace siglos que se consume, en las excavaciones de Buxo encontraron un grano de 4.000 años de antigüedad. Fue el pan más importante que hubo hasta que Colón trajo el maíz de América.

-¿Cómo es el cereal?

-La escanda va cubierta con una cascarilla que la protege del frío y evita que la semilla se pudra o la coman las larvas. Y una vez que está madura, también la protege de los pájaros. Tiene más proteínas que el trigo, un 24% más. Otra particularidad es que tiene menos gluten y es de mejor calidad, algunos celiacos pueden comer escanda sin que les perjudique. Antes, los niños pequeños, tras el destete, comían su miga cocida con leche y azúcar, que se conocía como paparín o rabón.

-¿Qué obstáculos encuentran los productores?

-La competencia de productos importados de Alemania sobre todo y también de Francia; se hace pasar por escanda de Asturias y no lo es.

-La denominación de origen protegida (DOP) se ha quedado estancada tras la negativa de Bruselas.

-Estuvimos mal orientados por parte de la Consejería de Medio Rural. Solicitamos la DOP para tres productos: el grano, la harina y el pan. Normalmente todo esto debería solicitarse de uno en uno, de hecho el inicio tenía que haber sido el grano. En Madrid se aprobó pero en Bruselas, pues no.

-¿Seguirán luchando por la marca de calidad?

-Por supuesto, continuamos con ello. Incluso estamos dispuestos a contribuir, económicamente y con personal o todo lo que estuviera a nuestro alcance, para poner en marcha el Consejo Regulador, que tiene sus gastos.

-En 2014 no asistieron al certamen de la escanda en Grado por diferencias con la Concejalía de Ferias y Mercados.

-Sí, es así. Tuvimos dos problemas, uno que hubo mala cosecha por la cantidad de agua que cayó y que, a la hora de realizar el certamen, a la concejala no sé por qué le dio por hacer desaparecer el día de la escanda y mezclarlo con un mercado de productos ecológicos. Creo que la escanda bien merece un día al año. Lo que pasó fue que el Principado le daba al Ayuntamiento una subvención, pero exigía que hubiera un mínimo de participantes y lo que se le ocurrió a esta señora fue meter grupos ecológicos. Este año, nosotros costeamos parte de los gastos para abaratar esa cuestión.

-¿Les dolió no estar presentes?

-Nos dolió por la escanda porque nuestra misión es promocionarla. Causó un perjuicio muy grande el mezclarnos con los ecológicos y, así, eliminar la importancia de la escanda.

-¿Cómo ve el futuro del cultivo del cereal?

-Es un poco problemático, igual que el futuro del campo, depende de las administraciones. Hay gente que hoy se dedican a ser jóvenes ganaderos y agricultores, con el apoyo de los diferentes gobiernos y Bruselas. De esta forma podría conseguirse que continúe la producción. Hay mucho cariño a este cereal, algunos socios nuestros tenían un huerto de berzas y ahora cosechan unos kilos de escanda con el fin de mantener esa semilla de sus antepasados.

-¿Es rentable?

-Es más caro de producir que el trigo. Pero hay gente que vive de esto, muchos con estudios universitarios como nuestro secretario, Enrique Malo, que es biólogo. Yo creo que es rentable y como mínimo se necesitarían entre ocho y diez hectáreas de terreno sembrado para que una familia viva un año de ello. Y ahora no es como antes que una familia de nueve personas tardaba días en recoger, ahora con la cosechadora lo haces en dos horas.

-¿Qué esperan del próximo certamen?

-Pienso que va a tener mucho éxito porque el pan en Grado es muy conocido y viene la gente de fuera al mercado expresamente a comprarlo.

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