El reparto gratuito de carne de gochu de Noreña no para de crecer. La tradición atrae a cada vez más gente, y la larga cola zigzagueaba ayer interminable por los jardines del Ayuntamiento. Pero esta vez la Bandina de Noreña, dirigida por John Falcone, se encargó de que la espera fuera más llevadera. Durante buena parte del reparto estuvieron interpretando numerosas piezas conocidas de música de uno y otro lado del océano y de bandas sonoras de películas. Y para alegrar un poco más el último tramo, allí estaba Abel Álvarez ofreciendo culetes de sidra en la última curva del recorrido, justo antes de llegar a la mesa del reparto.
"Cada vez hay más gente", decía Alejandro García, uno de los cortadores y repartidores de carne más veteranos de la fiesta. Lo cierto es que tuvieron que trabajar duramente para despiezar los 800 kilogramos de paletilla de cerdo que se habían preparado para la ocasión. Nadie se quedó sin su ración. Junto a los cortadores de siempre, esta vez repitieron trabajadores del Matadero Central de Asturias, que quisieron seguir haciendo visible su reivindicación de que el macelo continúe activo.
El reparto del gochu no fue el único atractivo de la fiesta, pero sí el más aclamado. "Nunca habíamos venido y estamos asustados con la cantidad de gente que hay, pero encantados", relataban Jaime Presa y María Blanco en su primera visita a las fiestas del Ecce-Homo.
A lo largo de la jornada hubo actividades deportivas, teatro, música, baile y una gran verbena. La fiesta continúa hoy con la misa en la iglesia parroquial de Santa María, a las once y media de la mañana, seguida de la procesión hasta la ermita de la Soledad.
