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El turismo ligado a la sidra mejoraría la temporada baja, según los lagareros

Los productores invitan a los promotores turísticos a tomar como modelo las actividades de los elaboradores de vino

El grupo de profesionales del turismo, ayer, en Amandi. MARIOLA MENÉNDEZ

Trasladar el modelo de enoturismo -el ligado al vino- a la sidra es uno de los objetivos que persigue el sector de la bebida regional. Tino Cortina, director general de Sidra Cortina, de Villaviciosa, lo tiene claro: "la sidra tiene un futuro más amplio y sirve de revulsivo. Se trata de una nueva etapa de turismo y sidra. El enoturismo es el punto de partida". Se basa en que este negocio entre 2013 y 2014 creció en España un 25% y generó una riqueza de 42 millones de euros gracias a los 2.200.000 turistas que se interesaron por la elaboración del vino. Es el espejo en el que se miran porque "tenemos un potencial tremendo", insiste Cortina. Argumenta que está "seguro" de que de esas personas que descubrieron la actividad vinícola, la mayoría estarían interesadas en conocer la sidrera.

Tino Cortina coincide con su director comercial y de marketing, Juan Otero, en que "podría desestacionalizar el turismo", ya que la época de mayor apogeo en los llagares es precisamente en otoño, desde octubre a diciembre, meses de temporada baja para el turismo. Por lo que serviría para animar el último trimestre del año. Juan Otero agrega que se trata de un proyecto "transversal", que debe implicar a "todos los sectores". Destaca que la visita a un llagar para conocer la producción sidrera o participar en una espicha es "turismo de experiencias", que es el que actualmente más se demanda. Por lo que Otero también reivindica la visita de escolares a las bodegas para que conozcan "experiencias que son parte de nuestra cultura y se deben potenciar".

Este proyecto se lo plantearon ayer a guías y miembros de la Sociedad Regional de Turismo en un encuentro y visita guiada al llagar maliyés. La directora del ente, Cristina Álvarez Solís, lo ve con buenos ojos porque la sidra es un elemento "muy diferenciador" de la cultura asturiana. De hecho, el escanciado o las sidrerías son momentos muy fotografiados por los turistas.

Tino Cortina aprovechó para desterrar mitos como el de que la sidra cuando pasa el puerto de Pajares se estropea, que no hay por qué beber el culete de un solo trago o que la razón de que el cuello de la botella tenga forma de "pierna de dama" ayuda al escanciado.

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