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Resignación y rabia en Lugones ante la definitiva liquidación de Fundición Nodular

"La persona que presentó la oferta no dio más señales de vida", lamentan en CC OO, que califican de "desgracia" el proceso de venta

Los trabajadores de Fundición Nodular, durante una protesta en Oviedo. F. TORRE

La decisión del juez de sacar a la venta por lotes los activos de Fundición Nodular, adelantada en su edición de ayer por LA NUEVA ESPAÑA, ha caído como un jarro de agua fría tanto en los ambientes políticos y sindicales en Siero como en la propia localidad de Lugones, donde había fundadas esperanzas sobre la recuperación de la actividad en una empresa que había sido uno de los buques insignia de la industria local. Unas esperanzas que chocaron con la inacción del grupo empresarial oferente, que se había identificado como Tennyson, y que no llegó siquiera a depositar el primer pago (de 1,5 millones de euros) de los 7,5 millones que había ofrecido por las instalaciones.

"Es una malísima noticia, la peor que nos podían dar. Para los trabajadores sobre todo, pero también para la localidad de Lugones y para toda la región", afirma al respecto el alcalde de Siero, el lugonense Ángel García, quien lamenta especialmente que, desde el Ayuntamiento "no tuviésemos la oportunidad de ayudar".

"El problema de los concursos es que hay multitud de intereses. Pero este proceso fue una desgracia, porque había gente interesada. Prácticamente todo el mundo esperaba la reactivación de una empresa que contaba con buena maquinaria, gran proyección y carga de trabajo", sostiene Manuel Pérez Uría, secretario de Política Sindical de la Federación de Industria de Comisiones Obreras (CC OO) en Asturias. En lo relativo al proceso de venta, Pérez Uría lamenta especialmente que se malograsen otras ofertas que empresarialmente eran más sólidas por la propia dinámica del concurso mercantil: "En esos procesos, de lo que se trata es de que todo el mundo recupere el dinero, por eso lo que prima es la oferta económica y si alguien pone un céntimo más, se lo lleva", explica.

En este caso, además, el proceso fue aún más complejo por la situación de la empresa: "Los trabajadores tuvieron que montar guardia para que no desmantelasen la empresa. Y luego esta persona que presentó la oferta, que parece que no es trigo limpio, no dio más señales de vida".

En la localidad, la liquidación de Fundición Nodular suena a fin de época. "A Lugones se la conocía por el metal, la Nodular y la pólvora. De aquella industria ya no queda apenas nada", explica Christian Álvarez, del colectivo "Lugones se mueve", quien añade que "había mucha ilusión con la reactivación de la empresa, esta decisión es totalmente inesperada". Ahora, la preocupación es cuál será el futuro de los trabajadores y del conjunto de la localidad. "La crisis y la reconversión nos ha golpeado muy duro a Lugones, nos estamos convirtiendo en una ciudad dormitorio", lamenta Ángel García.

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