Licencias de obra, medidas correctoras, descatalogaciones y otros documentos se apilan en los cajones del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Grado. El actual gobierno local, de IU, denuncia que el anterior (el tripartito PP-Foro-Aigras) dejó un colapso de alrededor de 200 expedientes sin resolver, algunos desde 2009. Las quejas entre los vecinos que esperan los trámites son constantes, aunque la nueva arquitecta municipal ha conseguido en un mes bajar la cifra hasta los 142 expedientes pendientes. Un colapso que la actual edil de Urbanismo, María José Miranda (IU), no se explica, ya que en el los últimos años el Ayuntamiento contó con un arquitecto municipal y un asesor de urbanismo externo.
La baja temporal del otrora arquitecto municipal llevó a la contratación de un asesor de Alcaldía, el arquitecto Felipe Díaz de Miranda, para aconsejar al exalcalde Antonio Rey al frente del área de Urbanismo. Un asesor con un sueldo de 10.000 euros anuales y que estaba en el Ayuntamiento los miércoles por la mañana. "Hubo un tiempo en que solaparon los dos trabajando y, de hecho, el asesor dejó más expedientes pendientes que el arquitecto, pero cuando estás en el Ayuntamiento para recibir gente no sacas los expedientes adelante y se acumulan", estima.
Por ello, Miranda considera que se debe a un problema de dejadez política: "Si el área funcionó hasta ahora es gracias a los trabajadores". Para paliar el colapso del servicio, la nueva arquitecta municipal va sacando expedientes antiguos a la par que trata los asuntos actuales. "Irá resolviendo y haciendo los trámites para sacar adelante el trabajo más urgente y recuperar todo lo anterior, pero llevará unos meses", puntualiza Miranda.
De ahí que pida calma a los vecinos que están pendientes de resolución. "Viene mucha gente a preguntar y no puedes tenerles pendientes durante años, entiendo que ahora a algunos quizás no les interese seguir con las obras", señala. De hecho, entre los expedientes que están paralizados se encuentran licencias de obra para la construcción de una vivienda unifamiliar, de apertura de un hotel o de rehabilitación de una casa para los fines de semana. También otros trámites "más sencillos que se podían haber resuelto", opina Miranda. Sin embargo, lo que más preocupa a la edil son los expedientes en relación con los edificios declarados en ruina, que pueden generar un problema para el Ayuntamiento si se vienen abajo.
