Una playa para más de 7.000 vecinos. Eso es lo que tiene ahora mismo Candás, pese a estar bañada de punta a punta por mar. La Pregona, que fue durante décadas uno de los arenales más concurridos del concejo por su céntrica ubicación, recibió en 2007 la declaración de espacio portuario. Mientras, Rebolleres, ubicada en el barrio de San Antonio, continúa abandonada cinco años después de que un argayo sepultase de tierra todo su encanto. De este modo, a Candás sólo le queda una playa, la de Palmera, que además en pleamar desaparece. El espigón es su única salvación.

Sin embargo, ese dique está hoy en peligro. La estrategia portuaria que impulsa la consejería de Infraestructuras prevé eliminar la zona de solarium y construir en su lugar nuevos pantalanes. Los vecinos, que se oponen al plan, creen que es el momento de abrir un debate sobre la necesidad de recuperar los arenales perdidos o acondicionar una nueva zona de baño en Palmera. Ese debate, que lleva por título "El futuro del muelle de Candás", lo organiza mañana, a las 19.30 horas, el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA en el Teatro Prendes.

No obstante, la polémica no es nueva. En 2009, después de que el Principado convirtiese la playa de La Pregona en zona portuaria, los candasinos solicitaron la ampliación de Palmera, apoyándose en la ley de Costas, que dice que cuando se elimina un arenal es obligatorio regenerar otro en sus inmediaciones. El proyecto, elaborado por la Universidad de Cantabria, planteaba transformar en playa el pedrero situado entre Candás (la zona de casetas) y El Conexal, en Perlora, de forma que Palmera pudiese triplicar su zona apta para el baño.

Sin embargo, ese proyecto no se llegó a materializar nunca. La Dirección General de Puertos rechazó el plan en marzo de 2010, alegando que las obras generarían más problemas de calado en el puerto. Ahí quedó el asunto, hasta hoy. Los vecinos afirman que la administración todavía les debe una playa. "Siempre defendimos que Candás no tendría futuro sin una ampliación de Palmera. El turismo es lo que deja dinero en el pueblo", opina Luis Fernández, presidente de la Asociación de Vecinos de Candás, que invita también a recuperar La Pregona. "Es un dolor que la tengamos ahí muerta de risa. Tenemos que hacer todo lo posible por mantenerla como zona de baño. Y eso es perfectamente compatible con el puerto", agrega. Por su parte, Tito Aramendi, responsable de la asociación Candás Marinero, considera que "antes de hacer cualquier obra en el puerto tenemos que pensar en regenerar una playa".

En este sentido, los vecinos apoyan la petición de los pescadores de reforzar las condiciones de abrigo del muelle, pero no en detrimento de sus símbolos costeros -La pregona, Palmera, la peña Furada y la farola de los Ángeles-. De hecho, la propuesta de la Cofradía Nuestra Señora del Rosario no tiene nada que ver con la que el Principado plasmó sobre el papel. El patrón mayor es partidario de cerrar la bocana del puerto. Eso se conseguiría mediante la ampliación del dique de contención -conocido como espigón- hacia la cabecera del muelle, lo cual solucionaría de golpe los dos problemas principales que tienen las embarcaciones en Carreño: el calado y la seguridad. Prueba de su necesidad fue el resultado del temporal de febrero de 2014: la mar se tragó 17 barcos.

En la mesa redonda de mañana participarán la Alcaldesa de Carreño, Amelia Fernández (PSOE); el concejal del PP José Ramón Fernández, el concejal de Somos Carlos López, el portavoz del PSOE Gabriel Rodríguez, un representante de IU, aún por concretar; el presidente de la Asociación de Vecinos de Candás, Luis Fernández; el patrón mayor de la Cofradía de pescadores Nuestra Señora del Rosario, José Ángel Gutiérrez, y el portavoz de la asociación Candás Marinero, José Antonio González. Al acto, que será moderado por la periodista y directora del Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA María José Iglesias, asistirá un representante de la Consejería de Infraestructuras en sustitución de su titular, Belén Fernández.