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Las empresas cárnicas confían a la FP dual el rejuvenecimiento de sus plantillas

Doce jóvenes contratados como aprendices completan su formación en Noreña para paliar la dificultad del sector para hallar personal cualificado

Las empresas cárnicas confían a la FP dual el rejuvenecimiento de sus plantillas FRANCO TORRE

El sector cárnico ha impulsado un programa de formación dual destinado a jóvenes desempleados. Un proyecto que permitirá a los beneficiarios obtener una titulación oficial, mediante cursos impartidos en el Centro de Tecnología de la Carne (también conocido como Escuela de la Carne) localizado en Noreña, y que además les permite tener un sueldo y adquirir experiencia en una empresa del sector. Una iniciativa con la que las cárnicas aspiran a rejuvenecer sus plantillas y cambiar los canales por lo que tradicionalmente se han incorporado al sector sus trabajadores.

"Abrimos una nueva etapa. Esta nueva formación dual permite a las empresas contar con nuevo personal que sustituye a las personas que por la crisis, la jubilación u otras causas han abandonado el sector, e incorporar gente nueva", explica César García, presidente de la Asociación de Investigación de Industrias Cárnicas del Principado de Asturias (Asincar), que impulsa el proyecto en colaboración con el Gobierno del Principado y la Federación Asturiana de Empresarios.

Para lanzar este proyecto se ha seleccionado a doce jóvenes -de entre 16 y 29 años- inscritos todos ellos en Garantía Juvenil. Un curso que se concretó tras valorar más de 200 candidaturas, y cuyos alumnos han accedido a un contrato de formación y aprendizaje con una empresa del sector, entre un total de siete que participan en el proyecto.

Durante el próximo año, los doce alumnos trabajarán 30 horas a la semana en su empresa (un 75% del horario laboral que figura en su contrato), y cumplirán otras 10 horas semanales en la Escuela de la Carne, donde recibirán formación específica sobre su oficio con vistas a obtener el Certificado de Profesionalidad de Carnicería y Elaboración de Productos Cárnicos. Un certificado oficial que emite el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

"Llevaba ya seis meses en el paro cuando mi asistente de empleo, entre los cursos que había disponibles, me enseñó este. Era una opción que me gustaba y a la que veía futuro, y tuve la suerte de que me cogieron", afirma Beatriz Antón, de 22 años y vecina de Tudela Veguín, que es una de los doce alumnos que han accedido a este primer contrato de aprendizaje del sector cárnico.

El contrato, además, se puede prorrogar otros dos años, en los que la práctica pasa a ocupar el 85% del tiempo y la teoría se reduce al 15%. En cuanto al perfil de los alumnos, es muy variado, aunque todos tienen en común su juventud y que estaban en situación de desempleo. "Me vine de Las Palmas de Gran Canaria porque era militar. Cuando acabé contrato me quedé a vivir en Noreña, pero llevaba ya un año en el paro. Cuando salió la oferta me apunté, ni me lo pensé. Te dan un trabajo y formación, está muy bien", explica Zeus Guijarro, de 24 años y que además ha sido contratado por una empresa de la Villa Condal.

El que las propias empresas del sector cárnico, a través de Asincar, sean en gran medida las impulsoras de este proyecto se debe también a su interés por lograr trabajadores más cualificados: "Hay una inquietud entre las empresas por mejorar la formación de su gente para poder competir en un mercado más global", explica César García.

Una necesidad que, tal y como añade el presidente de Asincar, no se podía cubrir con las dinámicas habituales por las que se incorporan trabajadores a las empresas del sector: "Las empresas tienen dificultades para encontrar profesionales formados en el sector. Tradicionalmente, estos oficios pasaban de padres a hijos, comenzaban a trabajar en las empresas los descendientes de propietarios y empleados. Pero en los últimos 15 años Asincar ha apostado por la formación y de aquí han salido muchos profesionales que creo que han dado un vuelco al sector", sostiene García.

Los datos corroboran esta apreciación: según Mayte Villastrigo, que dirige el curso para obtener el Certificado de Profesionalidad de Carnicería y Elaboración de Productos Cárnicos, en estos quince años el porcentaje de inserción laboral de los alumnos formados en la Escuela de la Carne se sitúa entre el 70 y el 75%. Un éxito que se explica por el hecho de que no haya otro centro en la región tan dotado como el de Noreña, pero también por el empuje de la propia asociación de industrias cárnicas.

"En Asincar tenemos a 82 empresas detrás que están continuamente colaborando y que apuestan por la formación", afirma Villastrigo, quien además recuerda que todos los alumnos de la Escuela de la Carne pasan a formar parte de una bolsa de trabajo a la que acuden preferentemente las empresas asociadas para incorporar personal.

Pero para mantener estos niveles de excelencia, Asincar también se fija en las candidaturas de los aspirantes, y les exige que cumplan. "Ya había trabajado en frutería y charcutería, por lo que me presenté a las pruebas de selección de un curso de carnicería y de este. Una empresa se fijó en mí, vio que tenía el perfil que buscaban y me contrataron. Estoy muy contenta", relata Andrea Fernández, de 25 años, y que considera la iniciativa "excelente".

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