"Si alguien viniese en silla de ruedas tendría que esperar horas hasta que alguien se dignase a abrirle la puerta". Así de rotunda se muestra una usuaria de las líneas de Renfe en los horarios de madrugada que en la noche del viernes al sábado tuvo que saltar la valla para salir de la estación de cercanías de Lugones, al encontrarse las instalaciones cerradas.

La afectada asegura que tomó el servicio de las 5:17 horas y un minuto después estaba, junto a otras siete personas, atrapada entre las vías y la calle. "No tuvimos más remedio que remangarnos, trepar y saltar al otro lado", comenta en lo que considera algo indigno para un servicio que tiene el mismo coste que el de resto de horarios.

La mujer asegura que, por suerte, los afectados eran todos personas jóvenes que pudieron saltar la valla, pero se pregunta qué hubiese pasado si a la hora de trepar alguno se hubiese lesionado. "De haber pasado algo habría que plantearse de quién es la responsabilidad", señala, muy molesta con un suceso que espera sea algo excepcional. "El año pasado utilicé ese mismo servicio en alguna ocasión y la estación estaba abierta", señala, a la vez que sugiere que se tenga en consideración a la gente que utiliza ese medio de transporte. "Si no tienen personal para abrirla, pues que no den ese servicio", sugiere esta vecina de Lugones.

Los servicios nocturnos de Renfe suelen ser bastante utilizados en las noches del fin de semana, especialmente en la localidad de Lugones, cuya estación es una de las que tiene más usuarios en Asturias. Este periódico intentó sin éxito ayer contactar con la empresa para conocer su versión sobre estos hechos.