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En Areñes roban hasta las macetas

Los cacos sustraen desde el verano objetos de todo tipo del pueblo sierense, donde los vecinos piden más vigilancia

Celia Vega y Jovino García, ayer, con una de sus jardineras. LUCAS BLANCO

Ni siquiera las plantas pueden pasar tranquilas la noche en Areñes. Desde el verano, esta localidad de la parroquia de Santiago de Arenas de Carbayín Alto (Siero) ha padecido numerosos robos en los que cualquier objeto resulta del interés de los cacos. Para prueba, el último intento -eso sí, fallido-, que tuvo como objetivo las jardineras de piedra de unos residentes.

Los afectados de esta última tentativa son el matrimonio formado por Jovino García y Celia Vega, que se percataron de los hechos al encontrar de mañana sus jardineras movidas y con las plantas arrancadas para quitar peso. "Seguro que no pudieron llevárselas porque pesan mucho", señala el hombre, que al igual que su mujer sospechan que el objetivo de los cacos sería revenderlas en algún rastro o mercadillo.

No obstante, esto no se trata de un hecho aislado, pues sólo unas semanas antes ya habían desaparecido de una casa que ahora se encuentra deshabitada todas las macetas. Igualmente, esa misma vivienda fue asaltada y totalmente desvalijada por los ladrones. "Se llevaron desde radiadores hasta cables e incluso hasta las lámparas", indica la propia Celia Vega, familiar de los propietarios del inmueble allanado.

A todo ello hay que sumar otros episodios como la reciente desaparición de material metálico de un hórreo cercano, la sustracción del caño de la fuente de la cercana localidad de El Cuto y el robo de una portilla, y otra tentativa con un vehículo en la parroquia de Valdesoto. "Está claro que se trata de gente que conoce muy bien la zona", coincide en señalar el matrimonio de Areñes.

Por ello, los lugareños reclaman que se intensifiquen las patrullas de la Guardia Civil, especialmente por las noches. "Por el día no hace falta porque no creo que se atrevan a robar", indica Celia Vega que, de todos modos, confiesa que no es nada optimista de cara a que esta situación de inseguridad se pueda terminar. "Es algo que por desgracia está a la orden del día y parece que no tendrá fácil solución", apunta resignada la vecina de Areñes.

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