El entorno que nos rodea en nuestra vida cotidiana no siempre es el más saludable. José Miguel Rodríguez, director general de la Fundación para la Salud Geoambiental, y Fernando Pérez, técnico analista en la materia, hablarán hoy (17.00) sobre estas cuestiones en el teatro Riera de Villaviciosa, dentro de las V Jornadas Nacionales de Salud, que enseñarán "¿Cómo mejorar nuestra vida?".
La mayoría de la población no es consciente del daño que pueden ocasionar al organismo los campos electromagnéticos y la contaminación ambiental porque no emiten señales que sean perceptibles. Pero con el paso del tiempo, el cuerpo se va deteriorando por la acumulación de tóxicos, destacan.
Por ejemplo, el teléfono móvil genera una "fuerte radiación de microondas", que están directamente en contacto con tejidos laterales del cerebro. Varios estudios han demostrado que es la causa del neurinoma acústico, cáncer de la glándula parótida y el glioma, que es el más grave. Estos expertos aconsejan utilizar el manos libres para evitar tener el móvil pegado al oído o recurrir a los auriculares. Y éstos, mejor si son de tubo de aire, para que el cable no genere ningún campo magnético.
Pero hay otros elementos cotidianos aún más perjudiciales. Por ejemplo, es común que la instalación eléctrica pase por la pared del cabecero de la cama y genere campos eléctricos, afectando al sueño. "Aumenta los niveles de cortisol y adrenalina en sangre igual que en períodos de estrés", destaca Pérez. También son nocivos los efectos de los motores y transformadores de la vivienda, como los de la nevera, la caldera de gas y el horno. Influyen negativamente en el sueño y en el sistema inmunológico. Y pueden derivar en leucemia o en problemas cardiovasculares. Los teléfonos inalámbricos emiten muchas radiaciones, pero con un dispositivo "full eco dect" sólo las generan cuando funcionan.
