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La familia del copín se extiende

La red de trueque con base en Posada suma cerca de mil personas, ha sacado a gente del paro y ha ayudado a seis familias

Valentín Pérez, en la huerta de Pruvia de la red Rastru. m. n. moro

El llanerense Valentín Pérez es el presidente de la Red Asturiana de Comunidades de Trueque (Rastru). un sistema económico alternativo basado en intercambios libres de bienes y servicios entre personas, empresas o asociaciones sin necesidad de dinero. La iniciativa tiene implicadas ya a cerca de mil personas, y una vocación irrefrenable de crecer. El colectivo utiliza una moneda social, el copín, que sus usuarios pueden cambiar por bienes y servicios.

"Cuando vimos que tanta gente estaba pasando unas situaciones económicas tremendas, con desahucios y demás, y tomando como referencia otras experiencias en el ámbito internacional, pensamos en crear ese sistema de moneda social para generar un ámbito económico en el que sea fácil actuar", explica Valentín Pérez.

Rastru se montó hace tres años y la idea es "que la gente se vaya añadiendo y ofertando lo que tenga, lo que sepa hacer, los productos que tenga o excedentes de huerta. Y lo montamos de tal manera que en cada pueblo se pudieran reproducir nuevos nudos de esa red, con plena autonomía para actuar dentro de ella. Una vez montado, cada pueblo tiene la posibilidad de intercambiar productos".

Lo cierto es que tres años después la familia ha crecido. "Se empezaron a constituir pequeñas cooperativas de producción agraria ecológica, con productos de alta calidad, para vender en circuito corto, directamente al consumidor, y en ellas metíamos a gente sin empleo a trabajar", se extiende Pérez. Hay montadas ya muchas huertas en las que se produce, con un sistema respetuoso con el medio ambiente, todo tipo de productos: lombarda, ajos puerros, rúcula, repollos, etcétera. Una de ellas está, precisamente, en la finca familiar de Valentín Pérez. Además, piden a los vecinos que les dejen los terrenos para cultivar y crear, de este modo, un tejido productivo cada vez mayor. Varias personas que estaban en el paro han empezado a trabajar en las huertas.

Y, por otra parte, gracias a un sistema que convierte los copines en moneda en curso, se ha conseguido que seis familias en situación de riesgo reciban dinero directamente para hacer frente a sus gastos.

La iniciativa ha sido muy silenciosa hasta ahora, porque su intención era tener muy asentada. Una de sus propuestas es que los comercios de la zona acepten que se les pague en copines. "Esto ayudaría mucho a los comercios fidelizar la clientela, ya que muchos de los que estamos en la red, en el momento en que haya tienda suficientes que se adhieran a la iniciativa, empezaremos a comprar antes en estos sitios que en cualquier otro".

Por otra parte, el colectivo ha contactado ya con los vecinos de Pruvia y con el Ayuntamiento de Llanera con la intención de establecer un sistema de colaboración que permita a los ciudadanos participar de la actividad pública con iniciativas e incluso con sus propio trabajo. Esto, dice Valentín Pérez, es solo el principio. Las huertas son el primer paso, pero hay muchas otras vías para actuar, como el reciclaje de material informático, el acceso cooperativo a internet, las cooperativas de producción de energía o el reciclaje textil.

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