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Los de Vega de Poja, los reyes de la pista

"La gente se lo pasa muy bien", dicen en el colectivo vecinal, que triunfa con las clases de bailes de salón los viernes por la noche

Patricia Laruelo impartiendo clases de baile, en Vega de Poja. LUCAS BLANCO

Aburrimiento es una palabra en desuso en la parroquia sierense de Vega de Poja. Si no, que se lo pregunten a los alrededor de 400 socios de la asociación de vecinos "Samartino" de la localidad que a lo largo de la semana tienen una serie de actividades lúdicas que ya quisieran para sí colectivos de alguna que otra gran ciudad de Asturias o del resto de España.

La oferta no puede ser más amplia y variada. Desde clases de informática para ponerse al día de las ventajas de internet e ir a la última en cuanto a redes sociales, hasta talleres para la restauración de la madera, pasando por lecciones de guitarra por si en algún momento hay que improvisar una canción, o pilates para mantenerse en forma.

Entre todo ello destaca la última iniciativa puesta en marcha. El baile de salón, que tiene como maestra a la popular bailarina local Patricia Laruelo. La sesión reúne en las noches de los viernes -así será hasta el próximo mes de junio- a una veintena de integrantes del colectivo vecinal que tratan de ganar aptitudes para ser los reyes de la pista, con movimientos al son de los temas más de moda que suenan en las pistas de baile. Las clases van camino de convertirse en una fiesta nocturna por lo bien que lo pasan sus participantes.

Sin embargo, éstas no son las únicas iniciativas de una sociedad que a lo largo del año organiza excursiones, festivales, amagüestos y homenajes a los vecinos que lo merecen, todo ello gracias al trabajo desinteresado de la directiva y la colaboración social. "Hay que trabajar mucho, pero creo que merece la pena porque la gente se lo pasa muy bien", comenta la presidenta de la asociación, Loli Cifuentes.

De todos modos, reconocen que poner en marcha estas actividades es cada vez más difícil debido a las limitaciones que supone carecer de un local de propiedad pública. "Tenemos muchos gastos de luz y calefacción y no podemos acceder a ayudas porque nuestra sede social es propiedad del Arzobispado", recuerda la cabeza visible de la junta directiva.

Dificultades que, de todos modos, no frenan el ímpetu de una sociedad vecinal que debido a su buen ambiente y los precios competitivos encuentra entre muchos de sus incondicionales a residentes en Pola de Siero.

Estos han encontrado a escasos kilómetros de la villa el lugar perfecto para disfrutar y desconectar de las labores diarias y ya se preparan al igual que el resto de socios para las celebraciones más cercanas que serán la fiesta de San Martín y alguna que otra magostada con castañas de la zona.

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