Josefina Arregui es natural de la Pola, donde nació hace 75 años. Se inició en la música de la mano de Ángel Embil para luego proseguir su formación en el conservatorio de Oviedo, en Madrid y en Italia, gracias a las becas. Su carrera como soprano la llevó por todo el mundo con figuras de primer nivel como Alfredo Kraus o Plácido Domingo y, medio siglo después de su última actuación en la capital sierense, actúa esta tarde a las 20 horas en el auditorio de la localidad.
-¿Qué supone para usted esta vuelta a casa?
-Supone mucha emoción porque es volver a los orígenes. Aquí me crié y me inicie en la música. Ofrecí mi primer concierto en el antiguo cine. Ahora quiero terminar aquí también y qué mejor que con algo benéfico.
-¿Se da por retirada?
-Son muchos años y sufrí bastantes problemas de salud que me dicen que debo parar. Obviamente seguiré haciendo mis pinitos, pero ya no me veo para dar un concierto.
-¿Continuará con la docencia?
-Tampoco. Atenderé a todo el que me pida consejo, pero ya doy por terminada también mi etapa como profesora. Ahora lo que toca es descansar y disfrutar.
-¿Cómo recuerda a Ángel Embil?
-Pues como primer maestro y la persona que me inculcó el amor por la música, además de animarme a hacer solos. Sin duda era un gran hombre.
-¿Le gusta el auditorio?
-Es un lugar estupendo. Da gusto ver que la Pola tiene una infraestructura así. En mi época aquí actuábamos en sitios mucho más modestos. Ahora toca aprovecharlo con lo que sea para que la gente pueda disfrutar de música y cultura en general.
-¿Tiene alguna espina clavada en su carrera?
-Tuve que operarme del tumor en la garganta en mi pleno apogeo, pero nunca se sabe si eso es malo o bueno. Esperé años para operarme porque decían que podía perder la voz, pero cuando lo hice pude seguir. De todos modos, yo no soy nada ambiciosa. Siempre canté para disfrutar y hacer disfrutar. Otros aspiraban a mucho más.
-De todos modos, tuvo una carrera muy exitosa.
-Recorrí todo el mundo tanto con la ópera como con la zarzuela. Estados Unidos, Rusia, China, Japón y muchos sitios más pudieron verme actuar con gente como Plácido Domingo, José Carreras o Luciano Pavarotti.
-¿Qué figura le impresionó más?
-Todos son muy buenos, pero me quedo con Pedro Lavirgen. Con el actué muchísimas veces y me encantaba como actuaba. Para mí Lavirgen es el más grande de los tenores spinto y Kraus el principal tenor lírico-dramático.
-¿Su mejor recuerdo?
-Muchos, aunque guardo con gran cariño una crítica sobre una actuación en Miami en la que compartí cartel con Pavarotti y decían que yo estaba a la misma altura. Fue algo que me hizo muchísima ilusión.
-¿Goza de buena salud la ópera en la actualidad?
-Estuvo mucho mejor que ahora. De todos modos, tengo claro que la ópera nunca morirá. Se podrán hacer más o menos conciertos, pero éstos se mantendrán porque existe mucha afición. En el caso de la zarzuela ocurre lo mismo. La única diferencia es que la ópera es más internacional, pero la zarzuela es muy bonita y prueba de ello fue la Antología de la Zarzuela de José Tamayo, que fue el mayor espectáculo que se conoció en España.
-¿Con cuál de los dos géneros se queda?
-Ambos géneros tienen su encanto, si bien para el cantante la mayor dificultad la encontramos en la ópera. Viví grandes momentos en los dos bandos y no sabría decidirme.
-¿Hay cantera en el género lírico?
-Hoy en día hay más cantantes que cuando yo empezaba. Antes se estudiaba más y ahora la gente ya quiere cantar cuanto antes mejor. Quizás por ello la formación media de la actualidad es menor que la que había entonces, aunque depende del caso.
-¿Cuáles son los motivos por los que cree que la gente debe acudir hoy al auditorio?
-Pues habrá actuaciones de gente estupenda que permitirán disfrutar muchísimo. No obstante, lo más importante es que lo recaudado irá a parar a una buena causa como el asilo. La cultura es muy importante, pero más lo son las necesidades.
-¿Puede adelantar algo del repertorio?
-El espectáculo estará dividido en una parte de ópera y otra de zarzuela. Antes de comenzar la segunda parte se hará un homenaje a Ángel Embil y también habrá un recuerdo para otro emblemático músico local como Falo Moro. También se proyectarán fragmentos de algunas de mis actuaciones con grandes figuras.
-¿Ve muy cambiada la Pola, respecto a la que conoció?
-Sí que hay cosas nuevas, pero es la misma. Me emociono cuando voy caminando y veo los rincones en los que viví muchos momentos como la última vez que vi a mi madre. Es el mayor miedo que tengo, emocionarme y no cantar lo mejor que puedo. No obstante, confío en que el público lo entienda.
