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El largo recorrido de la sidra ecológica

"Falta conocer mejor el producto", asegura el único elaborador comarcal de la variedad comercializada sin sustancias químicas

Tino Cortina, con una manzana y una botella de sidra. MARIOLA MENÉNDEZ

La sidra también es ecológica. Aunque aún no son muchos los llagares que se animan a producirla, ya hay algunas muestras en el mercado, pero tienen más demanda fuera de Asturias. Sólo alrededor de un 10% se consume en el Principado. En la Comarca es Sidra Cortina, de Villaviciosa, la que se ha apuntado a la apuesta por los productos ecológicos, cada vez más consumidos, pero que aún tienen mucho camino por recorrer.

¿Qué es y en qué se diferencia esta bebida del resto de caldos? "La clave está en la manzana", concreta Tino Cortina, enólogo y director general de la bodega de Amandi. "Tiene que ser cosechada de forma ecológica", añade, lo que significa que "no sirve abonar los árboles con compuestos químicos". Quien se encarga de que este proceso se realice a rajatabla es el Consejo de la Producción Agraria Ecológica del Principado de Asturias (Copae).

El comité de certificación asegura "la máxima garantía de que los productos han sido producidos, elaborados, envasados y comercializados según las normas de la agricultura ecológica", destacan en este organismo. Con este objetivo llevan a cabo controles exhaustivos, así como analíticas de los productos para detectar posibles residuos de pesticidas, antibióticos, organismos modificados genéticamente, aditivos y otras sustancias no autorizadas en la producción ecológica. Este tipo de agricultura no autoriza el uso de sustancias químicas de síntesis (insecticidas, fungicidas, herbicidas, etc.) ni tampoco organismos modificados genéticamente.

Cortina subraya que compran esta manzana a varios productores, uno de ellos también de Villaviciosa, aunque no siempre les resulta fácil encontrar proveedores de fruta ecológica. Incide en que se trata de una materia prima "cuidada" y de calidad. De ahí que su cotización sea mayor: unos 0,38 euros el kilo. Mientras, las variedades acogidas a la Denominación de Origen Protegida (DOP) se pagan entre 0,35 y 0,36 euros y el resto, entre 0,27 y 0,30.

En lo que respecta a la elaboración de la sidra tras el mayado de esas manzanas ecológicas, hay una limitación del uso de sulfitos, que es un tipo de conservante derivado del azufre. Se establece un máximo de hasta 50 mililitros por litro, explica Tino Cortina, aunque la que ellos producen en su bodega no lleva este aditivo, resalta. El presidente del Copae, Javier González, corrobora que la mayoría de los productores ecológicos tampoco añaden sulfitos artificiales. De esta forman eliminan de la bebida un "agente alérgeno".

De momento la producción de esta sidra ecológica, que también es certificada por el Copae, es limitada porque la demanda también es escasa. En cada campaña producen sólo un depósito de unos 30.000 litros. La comercializan desde 2002 y fueron unos de los primeros que apostaron por este producto, que aún es bastante desconocido, afirma el enólogo. "Falta conocer más el producto, pero primero hay que garantizar que haya suficiente producción" de manzana, explica Cortina. Aunque es un producto que aún tiene mucho camino por recorrer: "Seguro que en los próximos años empezamos a encontrar más sidra ecológica en las sidrerías". Cada año incrementan "poco a poco la producción", aunque sólo el 10% se consume en Asturias. La botella ronda los 3 euros.

Javier González defiende que "le gusta a quien la prueba" y además está elaborada con materia prima asturiana. Sostiene que estos caldos aún tienen mucho futuro por delante y añade que, de momento, hay mayor producción de zumo ecológico, producto en el que es puntera la cooperativa Agrecoastur.

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