A la osa "Molinera" el año de cautiverio le ha sentado de perlas. El próximo noviembre celebrará su primer aniversario en el cercado del monte Fernanchín (Santo Adriano), cuatro hectáreas junto al recinto donde están las veteranas "Paca" y "Tola", además del macho "Furaco", cedido hace ya siete años por Cabárceno para fecundar -no lo logró- a las hermanas. Los cuatro están al cuidado de la Fundación Oso Asturias (FOA) .
Todos gozan de buena de salud, pero en el caso de "Molinera" -criada en cautividad, como "Paca" y "Tola". tras se hallada malherida en Leitariegos en 2013- ésta salta a la vista. "Está en la edad de explorar, de buscar y jugar, es mucho más inquieta que los demás por ser ya un sub-adulto", explica José Tuñón, director de FOA. Los tres veteranos también se encuentran en buenas condiciones para afrontar el invierno, con un evidente descenso de actividad. "Tola", que pasó por malos momentos y sufrió una lesión, está incluso algo recuperada.
"Molinera" está, además, a punto de cumplir los tres años y más de la mitad los ha disfrutado en cautividad, pues el intento de reintroducirla en la naturaleza una vez curada falló por sus constantes aproximaciones a Degaña. Tras ser capturada en diciembre de ese mismo año fue enviada al cercado osero de Proaza y Santo Adriano, donde permaneció hasta el 26 de noviembre del año pasado en un espacio para ella sola, con lonas que evitaban que viese ni fuese vista.
En noviembre se cumplirá un año de su traslado al monte Fernanchín, el cual recorre en soledad. "Moli", como la llaman cariñosamente sus cuidadores, aún no ha entrado en la etapa de celo. Tuñón indica que "no hay ningún guión establecido con la osa, en cualquier caso, en ningún momento se plantea cruzarla con 'Furaco'". La osa está en torno a los setenta kilos de peso y últimamente se deja ver con frecuencia en la zona baja del cercado, por donde pasa la Senda del Oso.
Ante las críticas que recibe la FOA y la consejería de Recursos Naturales por parte de colectivos en defensa de los derechos de los animales, José Tuñón es muy claro: "Se hizo todo lo posible por recuperar al animal para el medio salvaje, como en casos anteriores pasó con 'Lara' o 'Villarina', se les dan todas las oportunidades pero a veces no basta".
La joven osa seguirá en el monte Fernanchín y, por el momento, no hay planes para su futuro. Tampoco para "Tola", "Paca" y "Furaco". "Están bien los tres y ya notamos un descenso de actividad de cara al invierno", señala. Unos osos que ya tienen edades avanzadas, aunque en cautividad la longevidad es mayor. "Paca" ronda los 130 kilos de peso para encarar el frío invierno, "Furaco" sobrepasa los 300 kilos y "Tola", 165 kilos, precisa Roberto García, uno de sus cuidadores, de los más veteranos y que los conoce a la perfección.
La que peor lleva el paso de los años es "Tola", que tiene un pinzamiento en el nervio ciático que preocupó a muchos e incluso se temió la muerte del animal. Pero "Tola" ahí sigue. "Tiene una lesión que es lógica en edad avanzada, no es una enfermedad, hay días que está mejor y días que está peor", comenta el director de FOA.
Unos altos y bajos que dependen de la medicación, que le dan con la comida y, por lo tanto de su apetito. También el tiempo, el contraste entre verano e invierno afecta a la osa. Con los cuatro ejemplares en condiciones para afrontar el descenso de las temperaturas y la falta de luz, FOA acometerá trabajos y mejoras en el cercado. Repararán el cierre del monte Fernanchín y regularán la potencia de la electricidad que protege el vallado. Además, construirán una puerta en la zona alta del recinto para poder acceder al espacio desde otro punto. Seguirán con las actividades educativas y de sensibilización con los colegios.
