Los niveles de contaminación por la bacteria É.coli de la ría de Villaviciosa suelen aumentar coincidiendo con los períodos en los que se incrementa la población. Es una de las conclusiones que se aprecian en los análisis, apuntada ayer por el director general de Pesca, Alberto Vizcaíno, en la comisión especial de la ría, celebrada en Villaviciosa.

El director general de Calidad Ambiental, Manuel Gutiérrez, quiso dejar claro que el problema es "complejo". Por un lado está el obvio de la mejora en la red de saneamiento. Anunció que en enero ya entrará en funcionamiento la red de colectores de Seloriu, Carda y Tornón, en la margen derecha del estuario. Además, la mejora de la depuradora de Rodiles la ha dejado "a pleno rendimiento desde el verano, con unos niveles de depuración adecuados".

Pero, además, la contaminación también aumenta cuando se producen lluvias torrenciales. Gutiérrez recordó que Villaviciosa tiene pendiente la importante obra de separar las aguas pluviales de las residuales. Por esta razón se producen alivios del colector cuando hay precipitaciones fuertes. Por otro lado, el estuario tiene una menor tasa de renovación, principalmente desde la avenida de 2010, ya que "hay más colmatación y no se produce tanta renovación de agua", apuntó Gutiérrez. Por lo que acometer el saneamiento de la margen izquierda y desviar los arroyos en la zona sur de la derecha son obras prioritarias. La directora general de Prevención y Control Ambiental, Elena Marañón, y el director general de Recursos Naturales, Manuel Calvo, también estuvieron en la comisión.

El alcalde, Alejandro Vega, destacó la necesidad de abordar el descabezamiento de los arroyos, pero también de crear estanques de tormentas que mejorarán el saneamiento y prevengan de inundaciones. Estos trabajos se incluyen en el Plan Hidrológico Nacional de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, que en breve aprobará el consejo de ministros, por lo que el regidor se comprometió a reunirse con la administración central para abordarlo.