Últimamente se habla de Educación. Anima la elaboración del Libro Blanco Blanco sobre la Profesión Docente, pero también lo hace la propuesta de calendario escolar en Asturias. Tratar de justificar cambios en el calendario escolar con argumentos pedagógicos es fácil. La Pedagogía sirve casi siempre para argumentar algo y lo contrario. La reflexión inicial debiera ser que la Educación es un servicio a los ciudadanos que tienen organizados tiempos en función del habitual calendario escolar. A nadie se le ha ocurrido, imitando, por ejemplo a Inglaterra, que los días lectivos fuesen más. El problema fundamental de nuestro sistema educativo no está en el calendario, es algo más serio y sí tiene que ver con competencia profesional de los docentes, responsabilidad, principios de rendimiento, esfuerzo y autoridad.
Si los debates no atacan los problemas fundamentales terminan perjudicando la imagen del profesorado, ya que los no iniciados interpretan que todo se debe a interés personal de los docentes. Y con lo del calendario sale a relucir lo de las vacaciones, confundiendo las escolares con las laborales del profesorado, que son muchas menos. Algunos lo sabemos por experiencia.
