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Beneyto: "Me gustaría ver más máscaras en el teatro"

El diseñador, que da clase en la Villa, lamenta que España reduzca las caretas en la escena que mantiene Centroeuropa

José Miguel Beneyto, en su taller de máscaras de Villaviciosa. M. MENÉNDEZ

Las máscaras han perdido espacio en el teatro y en los carnavales. Ya no están tan presentes como antaño, a pesar de su fuerza dramática y transgresora. Y de esto sabe mucho José Miguel Beneyto, un experto en la materia afincado en la Villa que durante años trabajó en Madrid en compañías de teatro en las que las caretas eran casi tan protagonistas como los actores. En Villaviciosa impartirá un taller de construcción de máscaras en el Ateneo Obrero (jueves, de 19,30 a 21,30 horas). El monitor explica que es la creatividad la única que pone los límites y harán distintos tipos, desde cabezudos a las espectaculares venecianas pasando por las de la comedia del arte.

Utilizan papel o cartón de falla, que es el mismo que se usa para la confección de las fallas de Valencia, como materia prima fundamental. Las máscaras que más éxito tienen son las venecianas, que se utilizaban para "tapar la cara y parecer más esbelto. Es un estilo concreto, muy refinado, elaborado y decorado", apunta Beneyto.

Las de la comedia del arte son aquellas que se emplean para "realzar la actitud actoral" y hay definidos ocho modelos. Suele ser una media máscara para facilitar la interpretación al actor y es la verdadera protagonista sobre el escenario. En la ópera sigue teniendo mucho peso.

José Miguel Beneyto formó parte de la compañía infantil madrileña "La Jinkacha", en la que trabajaban mucho con máscaras y el teatro de sombras. También se encargaban de la organizar los carnavales, la cabalgata de Reyes y el espectáculo de calle del Nacimiento del Duende del Retiro, en la capital madrileña. Beneyto vincula la crisis del uso de máscaras con la que sufre el teatro desde 1988, "cuando los ayuntamiento dejaron de contratar compañías", por cuestiones presupuestarias. Este actor profesional también formó parte durante doce años de la compañía de adultos "Imag-T", en la que las caretas también tenían gran protagonismo.

A pesar del declive de su uso, Beneyto argumenta que en el centro de Europa "se siguen utilizando bastante, aunque aquí se usan menos, a pesar de que dramáticamente aportan más. Puedes deformar hasta donde quieras la cara del personaje", defiende. "Me gustaría ver más máscaras en la escena de las que veo en los últimos años, porque plásticamente aportan mucho y, en especial, en el teatro infantil".

Pero no sólo han sido desplazadas sobre el escenario, los gigantes y cabezudos "también se han perdido en casi toda España". Destaca la calidad de los de Amandi. Era una forma de transgredir que ha ido a menos, al igual en el Carnaval. Cree que "había que recuperar la máscara y su espíritu". Es lo que tratarán de hacer en su taller.

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