La comunidad educativa del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Río Nora de Pola de Siero denuncia los retrasos continuados en el transporte escolar. Desde que comenzó el curso, la dirección del centro ha recibido ya varias quejas de padres de alumnos que utilizan el servicio de transporte desde Castiello. Unas quejas que han cristalizado ya en dos reclamaciones remitidas desde el centro al Consorcio de Transportes de Asturias (CTA), y que se suman a las numerosas quejas que se registraron en el instituto durante el curso pasado.
La problemática del transporte, y la preocupación de los alumnos ante los continuos retrasos (especialmente en el trayecto de vuelta a sus domicilios, tras completar el horario escolar), centraron la carta de una profesora del centro publicada días atrás por LA NUEVA ESPAÑA. Una situación que confirma el director del IES, Daniel Gancedo, que habló, tras ver la luz el escrito, con responsables de la empresa que cubre el servicio de transporte que pasa por Castiello.
"Parece que hay interés por arreglarlo, vemos buena voluntad por parte de la empresa", explica Gancedo, quien no obstante incide en que este no es un caso aislado ni circunscrito a esta empresa y esta línea en concreto. Y es que el transporte escolar al instituto poleso se realiza a través de cuatro empresas, dos de ellas asociadas.
"El curso pasado tuvimos muchos problemas, aunque de otra naturaleza: lo que pasaba era que los autobuses llegaban muy temprano, media hora antes de empezar el horario escolar, cuando la normativa indica que tienen que llegar en el cuarto de hora anterior al inicio de las clases, y que deben abandonar el centro en el cuarto de hora siguiente a la conclusión", explica Gancedo.
El director del IES Río Nora, en todo caso, precisa que la empresa cuyos servicios se han puesto ahora en tela de juicio no centró ninguna de las quejas del curso pasado, de la misma manera que los transportistas que adelantaban sus horarios parecen haberse corregido en este inicio de curso.
"Tenemos que pensar que si a los alumnos los recogen demasiado temprano, pongamos una hora antes de la clases, y después no llegan a casa hasta una hora después de la conclusión, que es lo que está pasando, podría darse el caso de que estuviesen ocho horas fuera de casa, incluyendo en medio las seis horas de horario lectivo. Es demasiado", sostiene Gancedo, que anima a los padres a dar parte cuando se vulneren los horarios.
"Podría pensarse que son casos concretos, de un día solo. Pero, por nuestra experiencia, podemos decir que cuando los padres reclaman es porque la situación se mantiene en el tiempo. Si los horarios se cumplen con regularidad, los padres son flexibles", asegura el director del centro.
