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Noreña brega en la arena

El Ayuntamiento pretende lograr el ansiado campo de césped artificial, que se malogró ocho años atrás en medio de una intensa polémica

Campo de fútbol del Condal. FRANCO TORRE

El Condal de Noreña es el vigente campeón de Tercera División. Con más de 400 socios en el concejo y 150 jugadores repartidos entre todas las categorías, el club es un auténtico emblema de la Villa Condal, y probablemente su principal embajador. Pero sus instalaciones deportivas son, cuando menos, deficientes, y el club ni siquiera cuenta con unos terrenos apropiados para acoger competiciones, ya que cuenta con un campo de césped natural, en el que juega el primer equipo, y un terreno de arena en el que bregan el resto de formaciones.

El nuevo gobierno de Noreña, el que conforman en coalición Independientes por Noreña (IPÑ) y Foro Asturias, quiere acabar con esta problemática. Para ello, pretenden consignar una partida estimada en 350.000 euros en los presupuestos municipales de 2016, y confían en que la Federación Asturiana de Fútbol les otorgue una ayuda adicional de 100.000 euros. Unas cantidades destinadas a construir el anhelado campo de césped artificial, epicentro de una recurrente controversia política que ha azotado Noreña en la última década.

Cara a las elecciones de 2007, el entonces presidente de Asturias, Vicente Álvarez Areces, prometió el nuevo campo para esa legislatura, en la que los socialistas obtuvieron los gobiernos local y autonómico. En ese entonces, el proyecto que defendían el Ayuntamiento de Noreña, presidido por César Movilla, y el propio club, con Miguel Ángel Redondo al frente, era colocar el césped artificial en los terrenos del actual campo de hierba natural, ya que aseguraban que el de arena no cumplía las medidas para acoger partidos de Tercera División.

Pero tras los comicios, en un convulso verano, el proyecto se malogró pese a que había concedidas sendas subvenciones, de la Federación Asturiana de Fútbol y del propio Principado de Asturias. Las circunstancias son difíciles de aclarar aún hoy.

Tras las elecciones, pasó a gobernar Noreña un bipartito formado por el PSOE de Movilla e IU, cuyo portavoz era Borja Ortea, quien además era teniente de alcalde. Movilla se fue de vacaciones en el mes de agosto y dejó a Ortea al frente del barco. Para entonces, la obra del campo de fútbol ya debía estar en marcha, pero no se había ni contratado. Pronto surgieron diversos problemas que bloquearían definitivamente el proyecto.

Para empezar, el Ayuntamiento y la directiva del Condal habían anunciado su intención de hacer una rebaja en altura de los árboles que había detrás de la grada principal del estadio noreñense. La explicación oficial era que las hojas que perdían los árboles podían caer durante la colocación del césped artificial, dañándolo irremisiblemente. Una argumentación que, a juicio de muchos, ocultaba el interés por ampliar el graderío.

Sea como fuere, estos argumentos no convencieron a buena parte de los vecinos: una iniciativa vecinal recogió 850 firmas en contra de la tala en un mes. En paralelo, Ortea se encontró con que la tramitación del proyecto estaba aún más atrasada de lo que se pensaba.

Pasaban las semanas y el proyecto no avanzaba. El regreso de Movilla no aclaró la situación, y el nerviosismo comenzó a cundir. En una reunión informal, entre los portavoces de los grupos municipales, se valoraron distintas propuestas económicas y se eligió una, de la empresa Poligrás, con un presupuesto de 560.000 euros. Mas a finales de agosto, la empresa anunció que se precisaba un incremento, ya que el proyecto inicial no contemplaba la cercanía del río y se necesitaban 76.000 euros adicionales.

Con el expediente bloqueado por el retraso administrativo y la empresa reclamando más dinero, el Condal abrió otro frente: convencido de que las obras comenzarían en verano, desmanteló porterías, vallas y sistema de riego. Pero con tanto retraso, la temporada estaba a punto de empezar y no había campo alguno.

En medio de toda la controversia política, el director de la Escuela Asturiana de Entrenadores y responsable del proyecto inicial del campo, José Noval, reveló las interioridades de la tramitación en una entrevista con LA NUEVA ESPAÑA. Entre sus revelaciones, Noval rechazó que fuese necesario talar la arboleda y describió extraños manejos desde Noreña con las ofertas que se habían presentado.

Las revelaciones de Noval marcaron un antes y un después en el desarrollo del proyecto. IU se negó en redondo a apoyar la tala de la arboleda, y las ofertas se revisaron con lupa. Finalmente, el proyecto se descartó en un concurrido Pleno, celebrado el 13 de noviembre de 2007, por las dudas sobre algunas cláusulas del convenio y por las sospechas de que había un interés oscuro por contratar la obra con Poligrás.

El presidente del Condal, Miguel Ángel Redondo, dimitió pocos días después. Las relaciones entre el Ayuntamiento de Noreña y la Federación Asturiana de Fútbol estuvieron marcadas, desde entonces y hasta el reciente cambio de gobierno, por la desconfianza. Movilla no dejaría de recordar, en los años siguientes, que su grupo fue el único que apoyó aquel proyecto de 2007.

Tras el cambio en la presidencia del Condal, el proyecto se modificó y planteó la opción de hacer el campo de césped artificial sobre el de arena. Sobre esta base, el concejal de Deportes entre 2008 y 2011, Daniel González Rajó (URAS), encargó la redacción de un proyecto que obra en poder del gobierno local.

La clave, en todo caso, no es tanto el proyecto como la necesidad de obtener las subvenciones precisas para llevarlo a cabo sin que lo acusen las arcas municipales. Un objetivo que parece más cercano si se confirma el apoyo de la Federación.

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