Ahora que vemos como se manifiestan en Cataluña las contradicciones del nacionalismo excluyente; que entendemos mejor que los territorios no tienen derechos -que los que tienen derechos son los individuos- y que las diferencias son la condición misma de la naturaleza humana, es buen momento para pensar sobre nuestra identidad de pueblo; aunque sea a la manera en que se afrontan las cosas en esta zona, con ironía y bastante desapego.

Aquí, como en otros sitios, al hablar de identidad se comienza por la tierra y, sobre ella, surge una pregunta inevitable: ¿tú, de dónde yes?

Hay gente que entiende que no se puede ser más que de un sitio y de la misma manera; otros, lo sienten de forma diferente. Los primeros no tienen duda: "soy de La Pola de toda la vida"; los segundos, tienen demasiadas y optan por la huida: "yo soy de La Pola 3". De esta forma ocurrente y genial respondió un ponente hace unos años, en las jornadas organizadas en La Pola sobre "La Pola y los polesos".

Como todos somos un poco nacionalistas y, según Borrell, tenemos que marcar las diferencias, a un amigo también le hicieron la misma pregunta, pero éste, se encontró con la respuesta: ¡tú, yes venido!