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La enfermera de cuerpos y almas

Villaviciosa descubre una placa en homenaje a Sor Puy, monja franciscana que sirvió durante 36 años en el antiguo hospital

María Antonia Cordón y Victoria Martín, tras descubrir la placa. MANUEL NOVAL MORO

La memoria de Antonia Salvatierra Etayo, Sor Puy, ha quedado sellada en una placa conmemorativa en el exterior de la residencia El Portal de Villaviciosa. La religiosa, fallecida en 2013, había servido en el antiguo hospital y en la casa de socorro de la localidad, con una entrega que le valió la admiración y el cariño de toda la localidad.

La placa se descubrió ayer en un acto de homenaje presidido por el alcalde, Alejandro Vega, en el que participaron el párroco de Villaviciosa, Jorge Cabal, la reverenda madre general de la orden Franciscana de Nuestra Señora del Buen Consejo, Sor Victoria Martín Pérez, y familiares de la homenajeada: su ahijada, María Antonia Cordón, con su marido, Francisco Romero, y su sobrino, Esteban Salvador Salvatierra, con su mujer, Lourdes Lapiedra.

Abrió el acto Juan Jurado, uno de los promotores de la iniciativa para colocar la placa en memoria de la religiosa, que la calificó como "enfermera de cuerpos y almas" porque, "durante más de veinte años, Sor Puy fue la enfermera de la Casa de Socorro, que estaba de guardia las veinticuatro horas del día, durante los trescientos sesenta y cinco días del año", y sus manos "curaban, pinchaban, suturaban... y lo que hiciera falta, con la suavidad, el mimo y la delicadeza que da la vocación unida a unas cualidades innatas para el oficio". Y enfermera de almas "porque en el mundo en que ella decidió vivir abunda otra clase de pacientes, con otras heridas y otras enfermedades".

Por su parte, Sor Victoria Martín dijo que "Sor Puy no fue una hermana más en la Villa, fue muy significativa en este pueblo por su carácter abierto, alegre y comunicativo", y para cada persona "tenía palabras de comprensión, de aliento, de esperanza", destacó. "Los enfermos y ancianos eran sus preferidos, y siempre procuró que no les faltara nada".

En nombre de la familia habló Francisco Romero, quien recordó que Sor Puy "siempre andaba pidiendo, pero nunca en su beneficio sino para todos los demás; siempre tenía cosas que hacer, e hizo grandes cosas, porque siempre es más fácil dar que pedir", concluyó.

Natural de Lodosa (Navarra), Sor Puy caló en la gente de Villaviciosa y fue nombrada hija adoptiva del municipio. Desde ayer, su memoria ha quedado registrada en la placa, que deja testimonio de que "Dedicó 36 años de su vida (1948-1984) a los mayores y enfermos de Villaviciosa, a la vez que lideró la transformación del antiguo Hospital Municipal en la moderna residencia Nuestra Señora del Portal".

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