Es tradicional en Asturias la marginación constante a la que la Administración y las sociedades de pescadores, salvo honrosas excepciones alleranas y tinetenses, someten a la trucha común, en favor del salmón. La importancia de la pesca del rey del rey del río eclipsa a truchas y reos, dotándolos de un papel secundario que ni llega al de "also starring" de los westerns clásicos. No se libra de la quema Las Mestas del Narcea, aunque va mejorando poco a poco con iniciativas como el coto de pesca sin muerte de Pravia, ya que, si bien es cierto que suelta un buen número de alevines de trucha "fario" por media Asturias, su interés por el tema es claramente secundario. Teniendo en cuenta que el 100% de nuestras aguas continentales son trucheras y el 100% de las licencias nos permiten la pesca de la citada especie, junto con la trucha migratoria o reo, ya va siendo hora de que se piense más en clave "fario". Parece ser que los partidarios monárquicos son los que mandan en los ríos astures.