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La Pola Maravillas del mercado

Promesas de una vida mejor

Manuel Suárez, que entrega panfletos del Montepío de la Minería, es uno de los numerosos repartidores del mercado

Promesas de una vida mejor

Manuel Suárez llega al mercado de Pola de Siero a media mañana. Conduce un motocarro, lleno de pasquines del Montepío de la Minería. En las siguientes horas, repartirá cientos de panfletos entre la multitud que acude al mercado del martes. Una jornada intensa, de muchas horas de pie, que sólo terminará cuando Suárez recoja los bártulos para ir a repartir folletos a otra ciudad.

Suárez es uno de los múltiples repartidores de folletos que, cada martes, recorre las calles del mercado, entregando los pasquines en mano a mercaderes, clientes y viandantes. Unos folletos con los que empresas de todo tipo, ONG's y entidades como el Montepío tratan de promocionarse y de captar colaboradores.

"La verdad es que no sé cuántos reparto en cada mercado. Depende de la gente que haya, claro. Calculo que aquí, en la Pola, puedo repartir diez fajos de cien panfletos cada uno, lo que da un millar", explica el repartidor.

Suárez ha aparcado su motocarro en la misma entrada de la localidad, junto al paso de peatones que cruza Alcalde Parrondo, junto a la plaza de Pablo Iglesias, en el que es uno de los principales accesos a La Isla. Pero el repartido no se dirige a esta zona del mercado, donde se colocan los puestos de ropa, sino que avanza hacia la plaza cubierta, donde se localizan los excedentes de la huerta.

"La gente es muy amable, por norma general. Siempre te puedes encontrar con alguien que te ponga mala cara, pero son los menos. Casi todo el mundo coge el folleto sin problemas y te da las gracias", sostiene Suárez.

El repartidor, no obstante, también precisa que el tipo de folleto que se reparte marca la reacción de los viandantes: "Hay que pensar que el Montepío de la Minería está muy arraigado. No es como si repartes folletos de una empresa privada o de otra cosa. La gente se muestra, por lo general, muy interesada, mira el folleto y muchos preguntan por los motivos de la campaña", explica Manuel Suárez. En concreto, esta campaña está dirigida a captar nuevos afiliados para el Montepío, al que, además de los propios mineros y exmineros, cónyuges y viudas, pueden afiliarse todos los familiares y descendientes de mineros hasta la segunda generación.

En el folleto, obviamente, no se hace alusión a las recientes controversias que han implicado al Montepío de la Minería. Manuel Suárez tampoco quiere hablar de estas cuestiones: "El Montepío tiene una gran tradición, está muy arraigado en las cuencas mineras y también en toda esta zona, donde había muchas minas", insiste.

Tras patear a conciencia el entorno de la plaza cubierta, Suárez retorna al motocarro a recoger más panfletos. Continúa con el reparto por La Isla, cruzándose de cuando en cuando con otros repartidores que prometen una vida mejor, o una conciencia mejor, a todos aquellos que compren o colaboren.

Al terminar la jornada, cuando los mercaderes recojan sus puestos, Suárez enfilará la carretera para seguir el reparto de folletos en otro lugar.

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