"Traemos mariconadas americanas y las tenemos en casa, y bien guapas". Así defendió Xosé Ambás la mascarada de invierno de los Aguilandeiros de San Xuan de Villapañada (Grado), que se recuperó el año pasado tras setenta años desaparecida. El alegato lo hizo en la Casa de Cultura, donde se inauguró una exposición sobre la festividad, que incluye los disfraces de los personajes que participan en la teatralización, los dibujos que diseñaron los trajes y una colección de fotografías. Un trabajo que ha impulsado junto a la asociación cultural "Territorio Bron" de la parroquia gradense y el grupo de baile tradicional "Xeitu", de Oviedo. La mascarada se repite este año, el próximo día 27.
Se trata de una recuperación histórica y cultural que impulsó Ambás, mediante su Archivo de Tradición Oral, junto a Álvaro Valdés, estudioso de la parroquia que engloba los pueblos de San Juan, La Linar, Rozadas y Acevedo. "Este año participarán cinco vecinos, aunque esperemos que sean más, y comenzará el domingo a las diez de la mañana y hasta que termine... el año pasado acabamos a las cuatro de la tarde", comenta Valdés.
Los Aguilandeiros de San Juan es una mascarada de invierno y que, según Ambás, conecta con otras tradiciones de países europeos como Bulgaria, Portugal y Rumanía. Y siempre son los mozos del pueblo los encargados de vestir los trajes y de realizar la teatralización como una especie de ritual de paso de la niñez a la edad adulta. Además, se produce en unas fechas muy significativas como son las Navidades, que en los ritos paganos significaban cambios y el inicio de un nuevo ciclo para el campo. Un recorrido, pueblo a pueblo, asustando a vecinos, robando fabas de las paneras y disfrutando de la comida casera y las bebidas que ofrecen los vecinos.
Lo cierto es que la celebración del año pasado consechó un amplio éxito. Y emocionó a los vecinos, a quienes aún ahora, observando las fotos de la exposición, se les humedecen los ojos. "Fue algo precioso, recuperamos lo antiguo y fue algo espectacular", señaló Juan Álvarez. En su opinión, uno de los objetivos que deben alcanzar ahora es conseguir que todos los jóvenes de la parroquia participen como aguilandeiros. "Ahora que está recuperado hay que dejarse disfrazar", añadió. Por su parte, Lucía Fernández animó a todos los asturianos a disfrutar de la mascarada el próximo domingo 27: "Se pasa muy bien, lo mejor fue cuando el diablo cogió a mi hermano".
Los Aguilandeiros es una mascarada parecida a Os Reises del Valledor (Allande), también recuperados en los pasados años, recordó Ambás. Quizás, una de las cosas que más satisface al estudioso de la tradición asturiana es que ahora los niños de Grado conocen la mascarada local "y medrarán con una tradición propia", apuntó.
