La historia de los festejos asturianos tiene su guardián en Lugones. Manuel Antonio Fernández, más conocido como Manolito el Pegu, comparte en Lugones, desde hace ocho años, un tesoro etnográfico conocido como el Museo de la Romería, el primer museo de la historia de Lugones en el que la romería de El Carbayu, que cada año se celebra con motivo de la fiesta de Nuestra Señora del Buen Suceso, acapara el protagonismo.

Dice no saber muy bien los motivos que en 1968 le llevaron a comenzar a coleccionar objetos antiguos relacionados con las romerías, así como a hacer réplicas en miniatura de los detalles de las mismas. "Quizás pensé que se iban a acabar, pero me equivoqué porque luego se hicieron más grandes", comenta.

Como curiosidad recuerda que nació en agosto, precisamente las fechas en las que se celebra la clásica fiesta loca, pero justo un año en el que ésta no tuvo lugar. "Era 1938, en plena Guerra Civil y los festejos fueron suspendidos", apunta este vecino "de Lugones de toda la vida", que asegura que en la actualidad sigue durmiendo en la misma habitación en la que ha dormido desde su nacimiento. Sobre los datos de la festividad es un libro abierto. Cuenta que su abuelo fue uno de los fundadores de la romería de El Carbayu en 1927 y cómo los festejos fueron recuperados en 1940, tras la guerra, gracias a la recuperación del tranvía.

Carpintero desde 1953 hasta 1982, en ese año tuvo que dejar su oficio para dedicarse de lleno al ganado heredado por el fallecimiento de su padre. Sin embargo, el martillo, el formón y el resto de herramientas siguieron ocupando un lugar especial como compañeros de una afición que desembocó en la construcción de réplicas a escala casi exactas de cada una de las escenas habituales de la romería de El Carbayu, primero, y de otras festividades de Asturias, a continuación. Una pasión que, poco a poco, fue aumentando hasta que, después de varios años de gestiones, en 2007 dio como resultado un museo que, además de pionero, es todo un reclamo para los visitantes de Lugones. "Calculo que habrán pasado por el museo unas 5.000 personas", indica, orgulloso por el resultado de muchas horas de dedicación, facilitada por su jubilación hace ahora 12 años.

De todos modos, apunta que el dinamismo es una de las características principales del equipamiento. Si bien la sala principal se mantiene prácticamente igual en los últimos tiempos, a ella ha añadido lo que llama "el premuseo", donde puede verse otro tipo de reliquias. "Tengo desde herramientas antiguas hasta fotos en blanco y negro, y un registro de 300 romerías", detalla.

Todo ello sin abandonar su participación en todo tipo de iniciativas vecinales, pues es un colaborador habitual e importante de la Cabalgata de Reyes, tiene a sus espaldas una gran trayectoria de vinculación al Atlético de Lugones y es historia viva de otros colectivos locales, como la Peña Ciclista Cima.