Casi 60 años después, el belén monumental del asilo de ancianos de Pola de Siero mantiene o incluso refuerza su esplendor. El legado del sacerdote Belarmino García Roza, ahora bajo cuidado de las monjas, abrió ayer sus puertas para deleite de decenas de personas que aprovecharon el inicio del puente festivo para disfrutar de uno de los nacimientos más conocidos y valorados de Asturias, que podrá ser visitado hasta pasadas las fiestas navideñas.

Niños y adultos disfrutaron por igual de las 1.500 figuras de entre 4 y 35 centímetros a escala que se reparten por los aproximadamente 114 metros cuadrados que ocupan los diferentes escenarios, representando con gran fidelidad las escenas típicas de Palestina en la época de Jesucristo.

Especial protagonismo merece el portal de Belén, en el que el Niño, la Virgen María y San José aparecen en gran tamaño y bien acompañados por diferentes animales y personajes que representan diferentes oficios y funciones como es el caso del herrero, los agricultores y vendedores, entre otros muchos.

Una oportunidad única para que los más pequeños conozcan más a fondo la historia narrada en la biblia y se queden con la boca abierta con los espectaculares efectos de un belén en el que el día y la noche dejan ver diversas actividades y hermosos paisajes. "¿Jesús es el bueno y Satán el malo, no?", preguntaba ayer un niño al que el nacimiento despertó la curiosidad por los pasajes de las Sagradas Escrituras.