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Galicia y Cantabria amenazan al sector de los frutos rojos, según varios estudios

Los expertos creen que los productores asturianos deberán aumentar sus fincas, profesionalizar a los empleados y mejorar la logística

El pequeño tamaño de las explotaciones de frutos rojos y el aumento de la producción en regiones vecinas como Cantabria y Galicia son dos de los principales riesgos que corre el sector en Asturias. Así quedó de manifiesto en la presentación en Pravia del proyecto de cooperación FRAST (Frutos Rojos en Asturias), en el que participan diez grupos de desarrollo rural de la región con el objetivo de "lograr un equilibrio y un futuro claro para los frutos rojos en Asturias", señala Juan Antonio Lázaro, gerente del GDR Bajo Nalón.

El encuentro, celebrado en la biblioteca municipal "Antón de la Braña", resumió los tres estudios que han encargado a través de FRAST para determinar el inventario y estado de explotaciones, el análisis de viabilidad y comercialización y la base legal para la obtención de base territorial para las explotaciones, que han sido desarrollados por Tema 3, Irma S. L. y el gabinete jurídico Bocanegra y Huergo.

Así, otros de los retos que encaran los productores en los próximos años son, además de aumentar la superficie de las explotaciones, hacerlo de forma profesional, tanto los dueños de las fincas como los empleados que trabajan en ellas, ya que uno de los escollos es la falta de mano de obra cualificada. Los productores también deberán mejorar la logística para mover los frutos.

A estos obstáculos se suma el aumento de explotaciones en regiones vecinas, que generan mayor competencia. Sin embargo, los productores accederán a más espacios de cultivo a través de las fincas comunales en desuso, mediante el Banco de Tierras.

Asimismo, los estudios reflejan las potencialidades del sector, que está bien organizado a través de asociaciones y cooperativas y cuenta con suelos óptimos y unas condiciones climáticas inmejorables para los frutos rojos. A estos valores se suma el incremento del consumo de arándanos, fresas, moras y frambuesas en los últimos años y la cercanía del mercado europeo. De hecho, Londres es la capital donde se marcan los precios de estos frutos. Otro de los factores positivos para el desarrollo es la crisis del sector ganadero.

Los riesgos y potencialidades de los frutos rojos en Asturias ayudan a FRAST a construir un desarrollo equilibrado porque "sabiendo lo que hay y cómo está la situación es más fácil saber lo que queremos y cómo lo queremos", puntualiza Lázaro.

En cuanto a la viabilidad económica, el estudio refleja que para iniciar una plantación de arándanos en una hectárea son necesarios entre 25.000 y 30.000 euros, que daría una producción media estimada de doce toneladas al sexto año. Para otro tipo de fruto los costes cambian. Así, para una hectárea de grosella son necesarios 68.000 euros; 48.000 euros para la frambuesa, 39.000 euros para la fresa y 54.000 euros para la mora. Además, está la castaña, para la que el productor tendría que disponer de 23.000 euros. "Hay que tener en cuenta que el estudio parte de una plantación con cierre perimetral, riego y la última tecnología de manejo, uso y gestión", comenta.

El inventario destaca que en Asturias hay 158 hectáreas plantadas de pequeños frutos, el 97 por ciento de ellas de arándanos. Unas hectáreas divididas en 76 fincas en 39 concejos asturianos que suman 112 explotaciones, de las que la mayor de todas es de 13,6 hectáreas. "Hay margen de crecimiento, pero siempre que sea ordenado y basado en una gestión profesional, racional y sostenible", concluye Lázaro.

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