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Argüelles salva la cosecha de faba pese a la sequía y recoge diez toneladas

Los productores de la cooperativa local "San Martín", que avalan la calidad de las judías, han empezado a mayar

Ulpiano Huergo limpia los restos del mayado. En detalle, unas vainas. F.T.

La sequía no puede con la faba de Argüelles, que goza de una IGP (identificación geográfica protegida). La sociedad civil "San Martín", que reúne a los productores de faba de la localidad sierense, ha logrado recolectar en torno a 10 toneladas pese a la intensa sequía que puso en peligro la cosecha. Un resultado que no obstante no satisface a los miembros, que este año habían incrementado los terrenos de plantación hasta doce hectáreas.

"No llegamos a los niveles del año pasado, que fue una cosecha extraordinaria. Ahora tenemos campos como este, en el que salvamos en torno al 50% de lo que esperábamos. Pero compensamos con otros que se han dado mejor", explica Ulpiano Huergo.

Ese campo desde el que habla es un terreno cooperativo situado detrás del Asador de Abel. En esa zona han estado mayando las fabas los productores esta última semana. El mayado de la faba consiste en extraer las judías de la vaina, para lo cual los productores se ayudan de una máquina, aunque después tienen que separar el grano de los restos de la vaina y meterlo en sacos.

"Nos lleva mucho tiempo. En cuatro horas que llevamos aquí hemos mayado 23 sacos, cada uno de ellos de 30 kilos. Hasta mayar toda la cosecha todavía nos falta mucho. Para la feria aún nos faltará mucho por mayar", explica Manuel Álvarez. La cooperativa aún no ha decidido la fecha para celebrar su popular feria, en la que presentan las fabas del año, pero estiman que podría situarse en unas fechas similares a las de la última edición, que se hizo en febrero.

Cuando llegue esa fecha, en todo caso, los productores están seguros de poder presentar una faba digna. "Tiene calidad, es buena. En lo que nos ha afectado la sequía es en volumen: el año pasado, que tuvimos esa cosecha tan buena, venían las vainas con cuatro o cinco fabas, y ahora pueden traer tres o incluso dos. Eso te rebaja mucho la cosecha. Es cierto que en toneladas podemos estar en cifras similares a las de otros años, pero es engañoso porque este año hemos ampliado los terrenos. Esperábamos una cosecha mayor", explica Manuel Álvarez.

El incremento de los terrenos ha sido notable. En años precedentes, se plantaban en torno a nueve hectáreas, mientras que ahora se aproximan a las doce. Con una buena cosecha, cada hectárea puede dar entre 1.100 y 1.300 kilos de faba, pero este año producirán en torno a 800 de media.

"Hay de todo. Tenemos terrenos que han funcionado muy bien y otros que están peor. En conjunto no es una cosecha tan buena como la anterior, pero tampoco es mala. Y la faba está bien", reitera Huergo. Los cosecheros de Argüelles, que comercializan su faba bajo la marca comercial "Vegargüelles", han utilizado en todas sus plantaciones la modalidad "Andecha". Aunque hasta el año pasado alternaban esta faba con la "Maximina", el buen rendimiento de la "Andecha" y su delicioso sabor ha acabado por convencerles de apostar al cien por ciento por esta faba.

Además, la cooperativa sierense ha apostado en los últimos años por implantar nuevas técnicas de plantación, especialmente el acolchado, que consiste en cubrir la zona plantada con unas bandas de material plástico que protege la semilla y la ayuda a germinar antes. La sociedad civil "San Martín" emplea esta técnica en, aproximadamente, la mitad de sus terrenos de plantación, utilizando además unos plásticos biodegradables que no se deben recoger tras la cosecha y que sirven de abono del terreno.

Pero sea la cosecha mejor o peor, e independientemente de la implantación de nuevas técnicas o del uso de maquinaria, el trabajo en el campo mantiene su proverbial dureza. "Es muy trabajoso. Estás todo el año, con unas cosas u otras. Mismamente el mayado nos lleva muchísimo tiempo, meses. Y después todavía queda calibrar y seleccionar las fabas. El campo es duro", sostiene Ulpiano Huergo.

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