La asociación Ascívitas de Pravia para la integración de personas con discapacidad intelectual celebró esta semana su vigésimo aniversario. Comenzaron con la unión de varias familias del concejo para ser partícipes de la educación y crecimiento de sus hijos y ahora es en uno de los centros de apoyo a la integración más destacados de Asturias. Patricia Solar es la directora del centro.
-Veinte años ya. ¿Qué balance hace?
-Hasta hoy todo ha sido crecer y afrontar los retos que se han ido presentado, superados siempre gracias al sentimiento asociativo y la unión de las familias.
-Algunos de los primeros usuarios pertenecían a la zona rural y por la edad de sus padres y el desconocimiento no recibían el apoyo necesario.
-Con respecto a este hecho, las asociaciones han sido el gran motor de información, apoyo y formación. Hasta hace bien poco aún surgían casos de familias paralizadas por sentimientos como la vergüenza, el estigma, el secretismo o por "nada se puede hacer". Se han roto muchas barreras y hoy día existe una gran conciencia de la necesidad de buscar todos los recursos necesarios para procurar una buena calidad de vida a las personas, sea cual sea su condición. En muchas ocasiones, hay doble hándicap: discapacidad, zona rural, en incluso triple cuando hablamos de mujeres.
-¿Cómo es un día cualquiera de los 35 usuarios del centro?
-Un día habitual de trabajo implica una variedad de actividades para los usuarios: talleres prelaborales de jardinería y hostelería, formación para el empleo, prácticas en empresas colaboradoras, aprendizaje y uso de las tecnologías de la información, programas de rehabilitación cognitiva, logopedia y mantenimiento físico-deportivo, actividades para facilitar el acceso a recursos comunitarios: biblioteca, oficinas para trámites administrativos, museos, complejos deportivos, transporte público, áreas para el ocio?
-Insisten mucho en el empleo. Tienen talleres profesionales.
-El empleo es un derecho fundamental, es un eslabón más en la cadena que compone la misión que nos guía: apoyar al logro de una buena calidad de vida. Las personas usuarias de nuestro centro trabajan y lo hacen de forma muy eficiente, muchos poseen una alta cualificación, y todos una enorme motivación y una actitud envidiable. Sin embargo, la forma de acceso a un empleo digno requiere de unas certificaciones regladas. De esta forma, Ascívitas se constituye Centro de Formación para el empleo, ofreciendo cursos de cualificación profesional en ámbitos como la jardinería y actividades auxiliares en viveros, actividades auxiliares en restaurante y bar, o en ámbitos de atención sociosanitaria como el cuidado de personas dependientes en instituciones sociales.
-¿Qué tal la experiencia?
-Muy gratificante para todos, tanto los profesionales de atención directa, los formadores, las empresas colaboradoras para la realización de prácticas, y, por supuesto, los propios alumnos que coinciden en destacar que "por fin los demás pueden ver de lo que soy capaz".
-Aspiran a abrir una residencia.
-De momento, es el proyecto que más se resiste en llegar pero no dudamos que lo conseguiremos. Todos queremos garantizar que esa calidad de vida por la que estamos trabajando tenga continuidad cuando las circunstancias familiares obligan a salir del hogar en busca de atenciones especializadas.
-Tienen problemas con el transporte y su contratación.
-El servicio de transporte de la asociación es un servicio estratégico, ya que no solo se limita a desplazar a los usuarios de sus hogares al centro, sino que es la herramienta imprescindible para poder integrar y normalizar al colectivo de personas con discapacidad en la comunidad, especialmente en la zona rural, que tiene los recursos comunitarios dispersos e incluso no cuenta con transporte público. No se trata de desplazar usuarios, este es un uso reduccionista. La licitación oferta una única salida semanal y ante la pregunta de qué hacemos con todos nuestros programas en la comunidad, la respuesta es indignante: que se hagan las actividades dentro del centro.
-¿Hay alternativa?
-Pues incluir las nuevas bases, razonadas, incluyendo a las organizaciones con pleno derecho a optar a realizar este servicio y que se contemple en el próximo acuerdo marco. Confiamos en que las negociaciones que se están realizando sirvan para frenar esta merma inminente de derechos.
-Ascívitas cuenta con voluntariado, ¿cómo se puede acceder?
-Es de un valor inestimable. Abrimos las puertas a todo aquel que desee ayudar, formarse, hacer prácticas, colaborar... La experiencia nos dice que quien llega, con las dudas habituales o inseguridades, a los pocos días, reconoce que Ascívitas ha generado un cambio muy positivo en su vida. Adquieren experiencia, formación, respaldo, información, asesoramiento, mejora en la oportunidad de empleo y, sobre todo, forman parte de la gran familia que somos. Es muy sencillo, sólo tienen que llamarnos.
-¿En qué aspectos cambian los usuarios al pasar por el centro?
-No hay mejor reconocimiento a nuestro trabajo que escucharles decir que Ascívitas es su familia, que por fin los demás pueden ver de lo que son capaces, que les ayudan y apoyan en lo que necesitan. Los que llevan más tiempo hablan de cariño, amistad, de formación, de sentirse útiles y cualificados, hablan de que ya no se sienten solos y los más nuevos se sorprenden de lo rápido que se adaptan, de la buena acogida, y de la sorpresa de actividades y posibilidades que se les ofrecen.
-¿Y a los profesionales?
-En mi caso la discapacidad de mi hermana mayor, Leticia, y usuaria del centro desde su origen ha marcado toda mi carrera. Aprendo constantemente de su forma de vivir. Creo poder decir que somos un equipo. Precisamente porque entendemos el aporte que hacemos a la sociedad, vamos allá donde nos llaman, para comentar, darnos a conocer, explicar quién somos y qué hacemos, se llaman campañas de sensibilización social, nosotros preferimos decir que acudimos por el placer de compartir.
