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"No tiene nada que ver un escanciador con un camarero", dicen los chigreros

Clientes y hosteleros reclaman una categoría especial y formación para los echadores y lamentan: "No hay tantos que sepan hacerlo bien"

Javier Costales sirve un culete a Mino Díaz, en presencia de Luis Montequín, ayer, en Villaviciosa. MARIOLA MENÉNDEZ

"Somos unos camareros con el arte de saber escanciar, por lo cual se debería valorar más profesionalmente". Lo afirma Luis Manuel Naredo, que regenta El Furacu de Villaviciosa, todo un referente sidrero. Acoge con agrado la propuesta del sector hostelero asturiano de que el próximo convenio laboral dé una categoría especial al escanciador. La lanzó el presidente de la patronal, OTEA, José Luis Álvarez Almeida, en la entrega de premios del Campeonato Oficial de Escanciadores, el martes, en Amandi (Villaviciosa). Se sumó el resto del sector sidrero allí presente y en las sidrerías también ha recibido aplausos esta iniciativa.

Naredo cree que "para tener un título tienes que hacer cursillos". Él mismo, de forma altruista, organiza anualmente un curso, en vísperas de Semana Santa y con vistas a la temporada de verano, que es la época fuerte de las sidrerías. "Este año eran 22 y no cojo más porque no puedo atenderlos a todos. Vienen incluso de fuera de la Villa", explica. La razón es que escasean estas clases formativas y él las imparte "por amor al arte y por ayudar". De hecho, tiene constancia de que las ocho personas que asistieron encontraron trabajo. "Es un curso de 20 horas, pero con 14 ó 15 es suficiente para aprender a escanciar, pero luego falta saber de sidra, de sus cuidados... No es sólo echar sidra", destaca. Tiene claro que "estás echando un caldo que es oro" a la par que reivindica la figura del chigrero: "Casi desaparecieron los chigreros a los que todavía nos gusta ir a los llagares a probar". Sostiene que el cliente sí valora el buen hacer detrás de la barra.

Óscar Cepeda acudió a Naredo para aprender porque le han ofrecido un trabajo de hostelería, pero le exigen saber echar sidra. También aplaude que estos profesionales tengan una categoría especial pues "es un mérito". Bernardo "Tito" Busto Naredo, de Sietes, también asegura: "Claro que se aprecia que te escancien bien, porque la sidra tiene otro sabor, abre y está mejor". Lamenta que "no hay tantos que te echen bien la sidra en las sidrerías". En la barra de El Furacu, Pachu Martínez defiende que escanciar un buen culete "es, por no decir el 100%, es el 90" del placer de beber la sidra.

Javier Costales regenta otra sidrería de referencia en Villaviciosa, La Espicha: "No tiene nada que ver un escanciador con un camarero". Junto con Naredo imparte cursillos y destaca que varias de las personas que asisten encuentran trabajo. Entre sus clientes tiene fama de echar buenos culetes. "Lo echo como toda la vida y siempre al mismo paso, aunque haya más gente". En la barra, Mino Díaz y Luis Montequín toman una botella. Son tajantes: "Donde echan mal la sidra no paramos. Cuesta lo mismo que te lo echen bien o mal y sabe distinto".

Loreto García, campeona en 2009, está al frente de las sidrerías Manolo Jalín y El Madreñeru de Pola de Siero y ve "perfecto" que les reconozcan el trabajo. Añade que "encontrar a un buen escanciador cuesta mucho y formarlo, muchos meses". Ella también imparte cursos y lamenta que "se llame sidrería a cualquier" establecimiento que vende sidra, pues es mucho más. Su sobrino Jonathan Trabanco fue su alumno y cree que reconocer esta categoría profesional "es bueno para Asturias y para el escanciado en sí".

Guti Rodríguez, de otro de los chigres emblema, La Ballera, es más escéptico. Reconoce que el escanciador debe tener una categoría profesional distinta, pero conllevará un incremento en el sueldo que deberá ajustarse con subidas en la bebida, que ahora casi están "regalando", dice. Y plantea: "¿Quién cataloga al buen escanciador?"

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