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Hambre de premio en Pravia y Grado

"Sólo nos falta dar el Gordo", afirman en la administración de lotería praviana, a tope de ventas como la moscona

Victoria Marinas vende lotería a Eva Riesgo en Grado. SARA ARIAS

A tope. Así están las administraciones de lotería de Grado y Pravia en los días previos al sorteo del Gordo de Navidad, que se celebrará pasado mañana. La mayor parte de los jugadores apuesta por la terminación 15, por el año en curso, y por las fechas de nacimiento de sus familiares. Y todos quieren repartir suerte, desde la administración praviana "La Esperanza", de toda la vida, hasta el negocio mixto de Victoria Marinas en Grado, que sólo tiene cuatro años de existencia. Desean dejar atrás muchos años en blanco: en Pravia tocó un pellizco del Gordo hace treinta años, y Grado está por estrenar. "Es la mayor satisfacción que puede haber y más si ayudas a la gente que lo necesita", afirma María del Carmen Fernández del Cera, de "La Esperanza".

En esas están estos días, tratando de dar el décimo o el boleto acertado, siempre con un "suerte" en la despedida. Y cada cliente tiene su propia superstición o número de la suerte. En "La Esperanza", por ejemplo, son muchos los que desean que el número termine en 15, pero hay de todo. También las fechas de acontecimientos importantes son reclamo de los apostadores.

"Los hay que quieren el número más feo y también preguntan mucho por el trece", detalla Fernández. Un número con mala fama que, además, es muy complicado de conseguir y que casi nunca llega. Otras de las terminaciones preferidas por los clientes de la mítica administración praviana es el número cuatro o el 69, "también se venden mucho los que terminan en siete, cinco y ocho".

Sin embargo, en Grado lo que más éxito tiene son las fechas de nacimiento. Esta misma semana, un hombre entró en el negocio de Victoria Marinas y le pidió el número de la fecha de su cumpleaños que, casualidad, es el mismo, día, mes y año, en que nació su hija Manuela. Una coincidencia que quizás señale la suerte. Los moscones también apuestan por las terminaciones del 80 al 89. "Sobre todo lo que piden son nacimientos o se deciden por la suerte y que salga el número por azar de la máquina", comenta Marinas.

Unas predilecciones por números concretos a las que se encomiendan los vecinos de Grado y Pravia para despertarse con buen pie el martes. "Estos días estamos vendiendo lotería constantemente; ya desde el verano la gente empieza a comprar, pero los últimos días son de mucho movimiento, sobre todo el domingo con el mercado", señala Marinas.

Una cita mercadera que congrega a muchos asturianos en la villa moscona y que reparte aún más la suerte. Por eso, este año Marinas espera estrenarse en los premios del Gordo de Navidad, que se resisten a caer en Grado. "Di un premio de la Lotería Nacional y otro de La Primitiva, pero el sorteo de Navidad es especial y ya es hora de que llegue a Grado". En Grado quieren estrenar la suerte y en Pravia ya saben lo que es dar un pellizco del Gordo. Hace treinta años dieron un boleto ganador del Gordo, si bien por aquel entonces Fernández aún no estaba al frente del negocio. Eso sí, la fama de administración agraciada no se la quitan. En el año 2006 dieron un quinto premio del sorteo del Niño, así como cuatro premios de más de 50.000 euros.

Una fama de buena suerte que les da una clientela fija, que siempre apuesta por sus números. "Sólo nos falta dar el Gordo, ya dimos todo tipo de premios y se nos resiste", opina Fernández.

En las administraciones de lotería el día del sorteo se vive de forma muy especial. Desde las ocho de la mañana trabajan con la ilusión de que llegue el premio mientras comienzan a dar los boletos del sorteo de El Niño. Mucha gente se anima a apostar por un número el día del Gordo, el reparto de premios por toda España anima a los vecinos a comprar su boleto.

Lo que tienen claro en ambos establecimientos es que si el premio llega lo celebrarán por todo lo alto. "No sé de qué manera se celebrará pero claro que se hará algo, es muy ilusionante dar premios porque haces la vida de alguien más agradable", asegura Fernández, con los pelos de punta sólo de pensarlo.

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