El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, aprovechó la misa del gallo en la parroquia de San Félix de Lugones para contar a los feligreses su experiencia con los presos de los diferentes módulos de al cárcel de Villabona en compañía de los que celebró la Nochebuena. El prelado se dijo conmovido por el llanto, especialmente de las reclusas, en su mayoría ingresadas en el centro por problemas derivados de las drogas. "Quieren recuperar todo lo que perdieron por unas circunstancias que se les escaparon de las manos", comentó Sanz Montes, que dijo haber aprovechado su estancia en las dependencias penitenciarias para cantar villancicos con los presos y conocer sus inquietudes.

Un testimonio que también emocionó a varios de los asistentes a una misa que se sintieron privilegiados por contar con la presencia del arzobispo en una fecha tan señalada. Implicación que el propio párroco de Lugones, Joaquín Serrano, quiso agradecerlo públicamente. "Estamos muy agradecidos porque tuviese el detalle de pasar la misa del gallo con nosotros", comentó el sacerdote durante la celebración en la que algunos aprovecharon la celebración para sacar fotos con sus móviles al arzobispo junto al ave de corral.