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"Baby", un elefante pucelano para El Berrón

La asociación de vecinos sufragó el traslado desde Valladolid del majestuoso paquidermo que montaba Aliatar en la cabalgata del lunes

Aliatar, a lomos del elefante "Baby", durante su espectacular cabalgata en El Berrón. FRANCO TORRE

Todos los niños saben que los Reyes Magos vienen de Oriente. Pero... ¿qué pasa con sus monturas? No está claro cómo se trasladan Sus Majestades de nación en nación (el secretismo en torno a los Reyes, como pasa en todas las monarquías, es mayúsculo), pero sí se sabe que, en cada pueblo y ciudad, la mítica tríada utiliza las carrozas y vehículos preparados por los colectivos que colaboran con ellos organizando las cabalgatas. Sin ir más lejos, el majestuoso elefante que utilizó el príncipe Aliatar cuando atravesó, este lunes, las calles de El Berrón no venía de ningún país exótico: era pucelano.

El elefante en cuestión, que se llama "Baby", procede de Tudela de Duero, una pequeña localidad situada a apenas 15 kilómetros de Valladolid. En ese núcleo se localiza la finca de animales exóticos El Centauro, dirigida por Francisco Javier González, y en la que se crían desde camellos hasta ocas amaestradas, pasando por dromedarios, llamas, alpacas, mapaches, avestruces o puercoespines, entre otras especies. Además, El Centauro cuenta también con una escuela de equitación.

Con esta variedad animal, el centro es el lugar idóneo para encontrar animales para las cabalgatas. De hecho, la asociación de vecinos Berrón 77, que trabaja coordinada con los Reyes Magos para organizar cada año la cabalgata de la localidad sierense, ya trabajó con El Centauro en años anteriores.

"El año pasado nos trajeron dromedarios y un rebaño de ocas", explica Benito González, presidente de Berrón 77. Ya entonces, el colectivo buscaba un elefante para encabezar la cabalgata. "Habíamos pedido precio a otras empresas y nos salía muy caro, más de 8.000 euros. Lo descartamos y después fue cuando contactamos con El Centauro para cerrar la cabalgata. Fue muy bien y este año volvimos a llamarles. Cuando nos dijeron que tenían un elefante, nos decidimos", explica González, quien precisa que el precio ha sido muy inferior al que le habían pedido otras empresas un año atrás. Además, El Centauro también les envió otros animales, como un dromedario o dos llamas.

Con todo preparado, la llegada del elefante ponía más nerviosos a los miembros de Berrón 77 que la del propio Aliatar. "Vinieron en dos camiones, uno específico para el elefante y otro para el resto de animales. El del elefante llegó sobre las cinco y aparcó en la plaza de la iglesia. Pero el animal se quedó dentro hasta poco antes de empezar la cabalgata", relata González.

Apenas quince minutos antes del inicio de la cabalgata, fijado para las siete de la tarde, los cuidadores de "Baby" sacaron al paquidermo del camión. "Lo traían todo muy estudiado. Lo sacaron y estuvieron caminando un rato con él por la plaza de la iglesia. Después, usamos una escalera para subir a Aliatar, y comenzó a andar, guiado sólo por las voces de sus cuidadores", explica González.

El príncipe, que no estaba habituado a una montura como esa, se sintió sin embargo muy cómodo. "Nos decía que era más difícil montar un dromedario, como el del año pasado, porque se mueve más", afirma González. "Baby", de hecho, tuvo incluso la deferencia, al final de la cabalgata, de agacharse para que el príncipe pudiese bajar sin necesidad de escalera. Porque era lo que se dice un señor elefante... y de Valladolid.

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