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En San Cucao es cuestión de edad

El nuevo colectivo quiere que jóvenes y mayores hagan vida en común Reclaman un centro social: "No queda ni un chigre tradicional para reunirse"

Luis Manuel Fernández, Cristina Berros, Chema Martínez, Ana Celada y Raúl García, de la asociación vecinal, en San Cucao. LUCA BLANCO

Que niños y mayores tengan un lugar donde reunirse, charlar, organizar actividades conjuntas. Éste es uno de los motivos con más peso que llevó a un grupo de voluntarios de la parroquia llanerense de San Cucao a crear la asociación de vecinos de San Cucufate, un colectivo que busca un revulsivo para que todos y cada uno de los 756 habitantes participe en la vida en comunidad.

La idea de crear la asociación se fraguó a comienzos de pasado año por iniciativa de un pequeño grupo que el pasado 25 de abril convocó una asamblea constituyente que reunió a 20 personas. A partir de ahí se iniciaron los trámites oficiales. Tras el visto bueno de la administración, el próximo día 29 tendrá lugar una asamblea en el restaurante Peña Mea a las 20 horas para elegir junta directiva, en la que se espera nombrar a 12 personas, entre las que están un representante de cada uno de los pueblos de la parroquia.

Hasta esa fecha, la dirección del colectivo vecinal estará en manos de una junta gestora presidida por Ana Celada, y de la que forman parte también Cristina Berros, Darío Raúl García, Luis Manuel Fernández y Chema Martínez. Todos se reparten unos cargos "de manera simbólica" y ya trabajan en común para dar a conocer a toda la parroquia el proyecto asociativo.

De momento, los esfuerzos de la gestora se centraron en la promoción a través de internet y más concretamente de las redes sociales, donde aseguran haber recibido un gran respaldo. "En poco tiempo ya superamos los 800 seguidores", explica Ana Celada, que destaca que se supera en número la población de San Cucao.

Buscan una mayor implicación de la gente joven, a la que consideran indispensable. "Queremos a todas las generaciones para sacar adelante iniciativas culturales, deportivas, sociales y festivas comunes", comenta Chema Martínez, que lamenta la pérdida de nexos entre la población en los últimos tiempos. "Ya no queda ni un chigre tradicional para reunirse", apunta.

Entre las metas está la de pelear por algunos servicios que aseguran que no existen. "No hay ni una pista deportiva en la parroquia, ni un centro para mayores y el centro social se queda pequeño", coinciden en señalar. Además, apuestan por medidas como recuperar parte de la etnografía y las tradiciones locales.

De todos modos, los primeros pasos de la asociación irán encaminados en fomentar la participación y sentimiento de pertenencia para, a partir de ahí, definir y concretar las líneas de actuación. "Lo más importante es que la gente muestre interés, proponga y luego ya se buscará una forma de satisfacer las demandas", dicen.

Es un proyecto que sus promotores consideran "ilusionante" y para el cual se muestran optimistas debido al espíritu asociativo mostrado por los habitantes de San Cucao. "Hay experiencia de colaboración para festejos, temas medioambientales o restauraciones de edificios que dan motivos para pensar que la gente participará", concluyen.

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