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Homenaje centenario a los náufragos

La Cofradía de Pescadores de Candás celebra hoy una misa en honor de los marineros fallecidos, tradición que inició en 1880 la Sociedad de Mareantes

Lanchas de remo en el puerto de Candás en una de las imágenes más antiguas que se conservan, de 1896. LUIS MUÑIZ MIRANDA

Fue un 24 de enero de 1840 cuando Asturias lloró la mayor tragedia marítima de su historia. Casi un centenar de pescadores, todos ellos candasinos, perdieron la vida en una fuerte galerna, cerca de la costa de Tazones. La catástrofe volvió a repetirse tiempo después, el 14 de enero de 1877, cuando murieron 42 marineros en otro temporal. Los dos naufragios causaron tanto dolor en Carreño, que la Sociedad de Mareantes fijó en 1880 en sus estatutos de fundación la organización de una misa en recuerdo a los pescadores fallecidos. La Cofradía "Nuestra Señora del Rosario" se mantiene fiel a este acto y celebra hoy, a las siete y media de la tarde, su 136.º aniversario en la iglesia parroquial de San Félix.

El historiador Manuel Ramón Rodríguez, "Moncho", explica que en el siglo XIX la costera más importante en todo el Cantábrico era la del besugo, que tenía lugar durante el invierno. "Cada poco había un naufragio, porque las condiciones de la mar eran muy malas. Las lanchas eran frágiles y no había partes meteorológicos como ahora. Salir del puerto era un riesgo absoluto, pero en aquella era el único medio de vida que había", comenta Rodríguez, que en 1993 escribió junto al ya fallecido David Pérez Sierra el libro que recoge las penalidades marineras de Candás: "La Sociedad del Gremio de Mareantes Nuestra Señora del Rosario".

Las embarcaciones de la época eran de vela y remo, por lo que en ella iban entre 15 y 20 tripulantes. En el siglo XIX todavía no había faros y las técnicas que se utilizaban para guiar a los pescadores eran muy precarias. "En el monte Fuxa hacían hogueras para marcar el regreso de los barcos. Aunque ningún documento escrito lo recoge, existe la leyenda oral de que cuando encendían tres hogueras, los marineros ya sabían que no podían entrar en el puerto por las condiciones de la mar", explica. Además de los grandes naufragios de 1840 y 1877, hubo otro anterior, en enero de 1782, en el que murieron 42 pescadores. La historia marinera de Candás está salpicada de dolor.

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