Los vecinos de la parroquia de Cayés han solicitado a la directora general de Patrimonio, Otilia Requejo, que haga una revisión del patrimonio industrial de la parroquia para otorgarles a los edificios una catalogación que implique un mayor grado de protección. El presidente de la asociación vecinal de la parroquia, Luis Álvarez, dijo que en la última reunión que habían mantenido los vecinos con el anterior director general, Adolfo Rodríguez Asensio, "hubo un compromiso de hacer una revisión del patrimonio industrial, incluso para darle una cualificación mayor".

En este caso, se trata de dos edificios industriales que han quedado en desuso pero que conservan un considerable valor histórico: la antigua fábrica de Cerámicas Guisasola y las oficinas de la antigua Química del Alba, ambas situadas a la entrada del concejo por la Venta del Gallo.

Ya en la última reunión las autoridades regionales coincidieron con los vecinos, según expresó el propio Luis Álvarez, en "que el patrimonio industrial es una parte importante de Llanera y de Asturias" y que concretamente los edificios de Cayés "son los más importantes de Llanera; queremos que se siga en esa línea y, además, que se nos convoque para darnos plazos".

Por otra parte, los vecinos están pendientes de que el Ayuntamiento ponga en marcha el plan integral de recuperación de la Venta del Gallo, donde existen varias viviendas abandonadas en malas condiciones que están pendientes de derribo y de saneamiento de sus parcelas.

Alguna ya se ha derruido, y el municipio está tratando de acelerar los trámites administrativos para poder derribar el resto. Algunos de estos derribos ya han salido a información pública y no tardarán en ejecutarse.

Los vecinos quieren solicitar una reunión con la Dirección General de Patrimonio o la Consejería de Educación y Cultura "para saber en qué situación se encuentran todos esos proyectos".

Porque no se trata solo de patrimonio industrial. La parroquia de Cayés cuenta con más bienes patrimoniales de interés, como los de La Ponte, que incluye el molino, la casona y la capilla de los Díaz Campomanes, y el propio puente. "Sabemos que en la casa de los Díaz de Campomanes lleva un tiempo instalado el andamiaje, pero todavía no ha empezado la obra, y queremos saber si se va a hacer algo", apunta Álvarez. Y también está la recuperación de los pretiles originales del puente, que sustituirán a las actuales vallas metálicas y cuya instalación corre a cargo de la Consejería de Fomento, que se ha comprometido con la reparación de esta infraestructura. Además, Fomento se encargará de la regulación del tráfico de camiones. Los vecinos esperan que se limite la tara de los camiones que lo atraviesen.