Cáritas Parroquial de Pola de Siero inauguró ayer su nueva sede en la localidad. Un espacio que fue bendecido por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, quien aprovechó el acto para reivindicar la labor de Cáritas y la colaboración desinteresada entre particulares e instituciones como medio eficaz para combatir las desigualdades y la exclusión.

"Hay instituciones que tienen diferentes objetivos y métodos, pero que se saben unir: un ayuntamiento, una comunidad cristiana parroquial, una inmobiliaria, una empresa constructora, unos donantes que tienen nombre y nunca son anónimos, unos voluntarios... Tanta gente que aporta lo que quiere y puede a fin de que quienes no tienen posada encuentren aquí un lugar de encuentro", afirmó Sanz, ante una nutrida representación de la sociedad sierense que había acudido al acto.

Unas palabras con las que el Arzobispo de Oviedo reconoció la labor colectiva que ha propiciado la instalación de Caritas en un chalé de titularidad municipal, localizado en la calle Alcalde Parrondo, y rehabilitado merced a las donaciones de personas como el matrimonio formado por José María Palacio Foncueva y Teresa Berros, que dejaron herencia para la entidad parroquial.

"Mi tío nos dijo que nos quería mucho a todos los sobrinos, pero que todos teníamos casa y una buena pensión, y que él quería dejar su herencia a los más necesitados. Nos quería a todos y nunca fue ruin con nosotros, pero creía que todo iba a peor. Y qué razón tenía", explicaban ayer María Ángeles Arboleya Palacio y Andrés Arboleya, sobrinos del matrimonio benefactor.

Tanto el Arzobispo de Oviedo como el párroco de Pola de Siero, Sergio Martínez, agradecieron personalmente a la familia de José María Palacio Foncueva y Teresa Berros la donación de los fallecidos, y reivindicaron la labor de los voluntarios de Cáritas de la Pola. Una entidad que en 2015 atendió a 106 familias y dio nada menos que 1.086 comidas, además de distribuir 40.350 kilos de alimentos entre los más necesitados. Unas cifras reveladas ayer por el director de Cáritas de la Pola, Vicente Montes.

Esta labor es, a ojos de Jesús Sanz, una representación fidedigna de la fe cristiana. De hecho, el Arzobispo recordó que Jesús nació en un pesebre porque sus padres no encontraban posada.

"No encontrar posada es, en el fondo, una metáfora de un fracaso, una metáfora de algo que duele. A la Iglesia, ese pesebre y ese nacimiento donde el frío gélido de invierno se hace calor humano y la oscuridad de esa noche de pronto se hace luz que rompe en llanto de un bebé le inspira para abrir el corazón, en primer lugar, y abrir nuestras posibilidades a fin de que quienes no encuentran posada puedan encontrar aquí un lugar con luz en medio de su oscuridad y un lugar con un techo en medio de su intemperie. Esto es lo que pretende Cáritas como institución de la Iglesia católica".