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La familia yerbata del cubano emigrado en 1923 contacta con su nieto: "Nos emociona"

El nieto de Luis Sánchez contacta con sus parientes en San Julián tras leer su historia en LA NUEVA ESPAÑA

Amparo Sánchez mira fotos antiguas con su nieto Julio García, su hermana Balbi, su hija Milva Roiz, su nieta Yanira García y su esposo, Rafael Roiz, en el banco que construyó su abuelo y en la casa natal de su tío, en San Julián de Bimenes. M.M.

La llamada desde Cuba de Carlos Alberto Madruga Sánchez para ahondar en sus orígenes yerbatos ha sido atendida. Las sobrinas de su abuelo, Luis Sánchez García, que nació en San Julián de Bimenes en 1905, leyeron en LA NUEVA ESPAÑA de ayer la historia que relataba el cubano y se dieron cuenta de que son su familia asturiana.

"¡Ay! Por hablar un poco con él (con Madruga)...", desea Amparo Sánchez Montes, sobrina del yerbato que emigró a Cuba en 1923, con 18 años, en busca de un futuro mejor. Es la hija de Armando Sánchez -casado con Guillerma Montes-, uno de los cinco hijos de Bernardo Sánchez y Delfina García. Manuel y Luis emigraron a Cuba y con el primero sí mantuvieron contacto. Los otros hermanos eran Amparo y Angelín. Ninguno de ellos vive ya. Quedan sus descendientes.

Amparo Sánchez relata que ayer por la mañana la llamó una prima, Encarna Nava Sánchez, para recomendarle que leyera LA NUEVA ESPAÑA porque recogía el interés de Carlos Alberto Madruga por conocer a su familia asturiana. "Entrome una cosa y una emoción...", reconoce la mujer. Así que llamó a su hermana Balbi Sánchez para que se hiciera con un periódico, relata con entusiasmo. "Hace poco que me acordé de qué sería de la familia de mi padre porque ya queda poca", comenta sorprendida por la casualidad. Ahora tienen previsto contactar con él a través del correo electrónico.

Le hizo mucha ilusión ver la foto del nieto de su tío y hubo quién trató de sacar parecidos familiares. Amparo Sánchez le saca un aire a su padre (hermano del abuelo del cubano).

A su hermana Balbi Sánchez Montes también le "presta" tener noticias de la familia que les queda en Cuba. En La Habana vive aún la centenaria esposa de Luis Sánchez. "Siempre oí hablar del tío y emocióname mucho", apunta. Aunque la lejanía y los años hicieron que poco a poco fueran dejando de tener noticias del otro lado del Atlántico. Además, ellas no llegaron ni a conocer a sus tíos emigrantes en Cuba porque embarcaron muy jóvenes y su situación económica no les permitió regresar a su tierra. Pero sus vínculos siguieron inquebrantables a pesar de los años.

El propio Carlos Alberto Madruga Sánchez destaca que su abuelo "no paraba de hablar de su tierra, la recordaba con mucha nostalgia y alegría". Le hubiera gustado viajar con su esposa a Bimenes pero no pudo ser. Así todo, "nunca se quejaba y no se le vio llorar, sólo en ocasiones, por la muerte de sus seres queridos, se alejaba a un lugar en el campo que sólo mi abuela conocía y ella misma lo iba a apoyar en ese momento", recuerda su nieto.

La casa natal de Luis Sánchez García sigue en pie, aunque sus descendientes la han arreglado y no se mantiene como antaño. En la cocina aún conservan un banco de madera antiguo que construyó el bisabuelo del cubano que busca sus orígenes en Bimenes. La vivienda está en el pueblo de Canteli d'Abaxu, en la parroquia de San Julián de Bimenes.

La hija de Amparo Sánchez, Milva Roiz Sánchez, se encargará de contactar con el pariente cubano con la ayuda de su hijo Julio García, que le echará una mano con las nuevas tecnologías.

La historia de Carlos Alberto Madruga Sánchez fue leída, seguida y comentada en Bimenes con gran interés, porque es un concejo pequeño en el que la mayoría de los vecinos se conoce. Pero la suya es un ejemplo de las muchas que protagonizan los descendientes de algunos emigrantes de la Comarca de la Sidra que quieren recuperar los lazos familiares. Esta razón es la que ha llevado al Servicio de Promoción Turística de la Mancomunidad a poner en marcha el proyecto de turismo emocional "Orígenes". Quieren ayudar a los descendientes de quienes emigraron entre finales del siglo XIX y mediados del XX, principalmente a latinoamérica, a recuperar sus lazos familiares.

El objetivo es doble, porque también pretenden animarles a que escojan la tierra de sus antepasados como destino turístico en sus vacaciones. Las personas interesadas pueden contactar y rellenar un formulario con unos datos básicos, como hizo Carlos Alberto Madruga, a través de la página web. Él ya ha tenido éxito.

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