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"Hay que podar todos los años", avisan los expertos en plena campaña del manzano

El capataz Fernando Meana advierte de que la mayoría de los cosecheros se saltan una práctica que controla la vecería y aporta vitalidad al árbol

Santiago Crespo, podando. m. m.

"La caña que quitas no es importante, y así se ayuda a que penetre más el sol, el árbol tenga más ventilación y así cuaja mejor la flor". Lo afirma el Fernando Meana, capataz de la cooperativa Campoastur, en plena campaña de poda de invierno del manzano en las pumaradas de la Comarca de la Sidra, que se prolonga desde finales de diciembre a finales de marzo.

Se aprovecha esta época del año porque es cuando los árboles no tienen hoja y la savia permanece en la raíz. "Se debería podar todos los años", aunque reconoce que la mayoría de cosecheros no lo hace. Aún sigue habiendo demasiada reticencia a meter la tijera para quitar ramas. Aunque los socios de la cooperativa sí están convencidos de las ventajas que supone para la plantación.

Fernando Meana destaca la importancia de podar los pumares en esta época, porque ayuda a controlar la vecería, favorece el cuajado de la flor y aporta vitalidad y vigor al árbol. Por lo que hay que quitar el miedo a tirar de tijera porque la planta lo agradecerá. Eso sí, es fundamental tener unas normas básicas en cuenta para podar como eliminar los conocidos como "chupones" o evitar ramas enfrentadas.

La poda es importante porque se eliminan los citados "chupones", que son cañas que no producen y encima le quitan vigor al pumar. Tampoco interesa que haya unas ramas encima de otras dándose sombra, indica el capataz. Así que lo adecuado es retirar todas éstas.

"No por tener más ramas, produce más. Da más manzanas, pero también más pequeñas, lo que significa mayor esfuerzo para el árbol y a la hora de recogerlas, también cuesta más", indica Meana. Por lo que podar anualmente debería dar una práctica habitual.

En el caso de las plantaciones en eje vertical, hay que tener en cuenta que las ramas no estén enfrentadas y que no sean tan gruesas como el tronco. "El árbol tiene que tener un tronco vertical y unas ramas secundarias", explica. Éstas han de ser más finas que el tronco para que "no se hagan competencia", pues "el árbol ya no crecería igual".

Una de las grandes ventajas de la poda cada año es que permite controlar la vecería y se consigue un mayor equilibrio entre las cosechas de cada año, pues el manzano tiene alternancia en la producción. Argumenta Meana que es beneficioso en este sentido porque "vas quitando flores y quitas el exceso de producción ese año y debería ganarlo el siguiente, compensando una producción con otra". Por lo que podar cada año es técnica muy eficaz en este sentido.

El capataz también recomienda evitar que las ramas estén muy cerca unas de otras porque en ese caso no le dará ni el sol ni el viento. Los "chupones" son otro objetivo del podador. Explica que son aquellas cañas que salen de una rama de forma recta hacia arriba y "no suelen dar producción", pero sí quita energía al árbol y da sombra a otras, por lo que no hay que tener miedo a meter tijera. "Lo que sale a menos de medio metro del tronco se considera chupón", argumenta.

En lo que respecta al tronco, también es fundamental que en la parte alta sólo "quede una rama arriba, el eje principal para que siga creciendo solo".

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