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Castiello guarda la memoria en piedra

Joaquín González expone reproducciones de monumentos y edificios emblemáticos del concejo, algunos desaparecidos

Joaquín González, junto a la reproducción de la iglesia de La Morgal; abajo, el palacio de Villanueva.

A Joaquín González, Vecino de Castiello (Lugo) y albañil de profesión, se le vino el mundo encima cuando se retiró hace unos pocos años. Acostumbrado a levantarse a las cinco de la mañana y trabajar durante largas jornadas, de repente se encontró con que no tenía nada que hacer, pero no tardó en encontrar algo a lo que dedicar su tiempo, que estaba relacionado con su profesión, aunque a pequeña escala: la construcción de viviendas, castillos y otros edificios.

Al principio, todo fueron obras de su invención, basadas en los castillos que había visto durante muchos años en Andalucía, donde pasó muchos años sus vacaciones. "Siempre me llamó mucho la atención cómo podían hacer castillos allá arriba, llevar toda esa piedra hasta allí, me parecía increíble", explica.

Aquellos edificios que le fascinaban comenzaron a ser los primeros modelos de sus obras, que él construye en piedra. Le sobraron unas cuantas lajas de piedra de cuando acondicionó su propia vivienda y terminó por encontrarles una utilidad. "Las parto con la radial y se deshacen en trozos pequeños, que utilizo para cubrir los edificios", afirma.

Las estructuras están hechas con cajas de vino de 20 litros, que una vez vaciadas encuentran un reciclaje más allá del contenedor amarillo. Primero abre los vanos y, una vez enmarcadas con piedra puertas y ventanas, recubre todo lo demás. Y construye cañones con trozos de bambú, tapones de botellas de plástico y punteros de peonza, y otros muchos detalles que dan realismo a las obras.

Después de los castillos se le ocurrió que podía hacer trabajos relacionados con su entorno, y fue entonces cuando comenzó a hacer reproducciones a escala de los monumentos y edificios emblemáticos del concejo.

Algunos de ellos ya han desaparecido. Es, por ejemplo, el caso de la antigua iglesia de La Morgal, destruida en la Guerra Civil. En otros casos, la reproducción se asemeja al edificio tal como está en la actualidad, como ocurre, por ejemplo, con el palacio de Villabona, o las capillas de Santantón y de la Inmaculada Concepción, en Robledo.

Y, por otro lado, existen algunos edificios cuya maqueta representa un momento de mayor esplendor. Un ejemplo de ello es el palacio de Villanueva, en San Cucao, que estuvo durante años en muy mal estado y, aunque actualmente se ha rehabilitado parcialmente y asentado para evitar su deterioro, todavía está muy lejos de presentar la imagen de sus mejores años.

Esta imagen sí está en la maqueta, porque Joaquín González ha utilizado una fotografía de la fachada para reproducirla. La casona, tal como está ahora, no tiene tejados, al contrario que la maqueta, que reproduce toda la techumbre roja que tuvo en su día el edificio.

La intención de Joaquín González es seguir elaborando estas obras y contribuyendo a dejar en la memoria, piedra sobre piedra, los edificios que han sido más representativos de Llanera. Confiesa que él hace el trabajo porque le gusta, más que por exhibirlo, pero aun así se ha prestado a que una representación de su obra se exhiba en la Casa de Cultura de Lugo de Llanera.

Allí, además de castillos, iglesias y casonas, hay también un humilde homenaje a su familia. Una fragua en miniatura realizada por él mismo con todo tipo de piezas con la que ha querido honrar la memoria de su padre, que era herrero.

Y no falta su particular mirada sobre el campo asturiano, con una reproducción a escala de los famosos "teitos", construidos con piedra y, a modo de techos de paja, pelos de palmera. La exposición se podrá visitar hasta el día 12 de febrero, en el horario habitual de la Casa de Cultura de Lugo.

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