Los bomberos hallaron ayer muerto en su casa a un vecino de la avenida Flórez Estrada de Noreña que llevaba unos tres días sin dar señales de vida. Los agentes tuvieron que acceder a la vivienda, un ático de un bloque de tres plantas, desde un grúa instalada en la calle. La operación, en torno a las diez de la mañana, generó gran revuelo en la Villa Condal.

El fallecido es Gonzalo Rodríguez Quirós, de 71 años más conocido como "Talo" y jubilado de Ensidesa, que padecía problemas de corazón. Éstos habrían sido con casi toda seguridad los causantes de su fallecimiento, según señalaron familiares apenas unos minutos después de hablar con la forense encargada de certificar la muerte.

Talo solía bajar todos los días a una cafetería situada en los bajos de su edificio para tomar el café. Una cita a la que faltó en los últimos tres días, generando la preocupación de amigos y conocidos, que ya en la noche del martes intensificaron los movimientos para tratar de localizarle. "Varias personas le picaron al timbre para ver si estaba en casa, pero éste no respondió", relató una mujer que solía coincidir con el fallecido en el local.

Anta la falta de respuesta se denunció el caso y tras varios intentos por localizarle a través de familiares y allegados se optó por recurrir a las fuerzas del orden. Con el objetivo de comprobar si el hombre se encontraba en casa se llamó a los bomberos. Éstos barajaron varias opciones para entrar en la vivienda y luego decidieron que la mejor era comprobar desde las ventanas si Rodríguez se encontraba en el interior del piso.

Hasta la zona se desplazó un camión y una grúa. Uno de los agentes ascendió en una cesta hasta las ventanas de la vivienda y minutos después comprobó que el hombre se encontraba sin vida en el interior de la misma, procediendo a informar a los familiares, la Guardia Civil y la Policía Local, que se movilizó para coordinar las maniobras que obligaron incluso a cortar un carril de la principal calle noreñense.

Susto

Todo el operativo se desarrolló con una gran expectación de peatones y conductores que desconocían el motivo de las labores de los bomberos. "La situación era confusa y pensamos que podría ser desde un incendio hasta un atraco", señalaron varias personas que se encontraban en la zona esperando el autobús. Algunos llegaron a buscar refugio por si la cosa se complicaba. "Me metí en una tienda por si me caía un tiro", indicó, superado el susto, una mujer que resultó conocer al fallecido desde hacía muchos años. "Sabía que estaba delicado de salud, pero no esperaba algo así", declaró con tristeza y cierta sorpresa.

No fue la única sorprendida, pues a lo largo de la mañana hubo muchas personas que fueron pasando por la cafetería y quedaron sorprendidas tanto por el fatal desenlace como por la manera en que se desveló. "Hace unos días me lo encontré y bromeamos bastante", apuntó un amigo de Talo Rodríguez, al que todos echarán mucho de menos en Noreña.