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El mejor kiwi da sus últimos coletazos

El fruto originario de las antípodas mantiene un precio moderado en la recta final de la temporada, que acaba en marzo

María Celsa Villabona, ayer, posa con una caja kiwis en su ubicación habitual de la plaza cubierta. LUCAS BLANCO

Hace tiempo que el kiwi asturiano dejó de ser una moda para instalarse definitivamente en la oferta del campo regional. Los datos dicen que son más los que se producen que los que se consumen en la región, pero eso no quita que en su época de temporada, que comprende desde final de año hasta marzo, sean uno de los principales reclamos del mercado semanal de la Pola.

Fue hace algo más de un par de décadas cuando el fruto llegó procedente de las antípodas para comenzar a copar buena parte de las huertas del Principado de Asturias. Una de las que se sumó a lo que entonces era una moda que algunos vaticinaban que sería pasajera fue María Celsa Villabona, vecina de la localidad gijonesa de Caldones, que lleva 20 años dedicándose a su cultivo. "Al principio no se creía que dieran tan buen resultado", declara la mujer sobre una producción que, asegura, varía cada año. "Generalmente se da muy bien por la humedad, pero hay años buenos y malos, como en todo", asegura, para luego señalar que la presente fue una campaña satisfactoria. "Pese a que llovió poco se dio muy bien, aunque dicen que para este año la cosa vendrá algo más floja", apunta.

De todos modos, los productores recuerdan que si bien el producto suele estar en el mercado durante todo el año, su mejor época llegará a su fin en los próximos días. "A partir de marzo todos los que se comercian se conservan en cámaras y la calidad es mucho más baja que estando frescos", sostiene Villabona, que ayer acudió al mercado poleso con una buena caja de sus últimos kiwis. "Los que traigo ahora ya son más pequeños porque los mejores los vendí al principio", aclara.

A pesar de que la oferta se mantiene elevada en el último tramo de la temporada, los precios se mantienen similares durante los escasos meses que dura el mayor nivel de ventas. "Ahora estamos vendiendo el kilo en torno al euro y medio", coinciden en señalar varios de los tenderos, que no se plantean de momento reducir el precio para dar salida al fruto. "Ya es bastante bajo para el trabajo y la atención que requieren", indican los vendedores, que no cejan en su empeño de recomendar a los clientes que compren kiwis antes de que lleguen las vacas flacas. "Tienen un sabor muy dulce y hasta quitan la sed", comenta la polesa Pilar Fernández, que suele adquirir este producto en la plaza cada martes.

Otros, por su parte, destacan los beneficios de un fruto que aseguran tiene grandes beneficios para la salud. "Dicen que es muy sano para hacer la digestión e ir al baño regularmente y la verdad es que en mi caso lo he comprobado por mí misma", indica la joven Alexia García, que siempre que puede se acerca a la plaza para adquirir productos de temporada. "Me gusta consumir productos ecológicos y aquí es uno de los mejores sitios para hacerse con ellos", indica esta ovetense, que además de desplazarse con frecuencia a la Pola acude a otros mercados semanales de la región con gran tirón como el de Grado o el de Cangas de Onís.

Un ejemplo a seguir para mantener con vida unas citas comerciales que ayer concretamente vio mermadas sus ventas a pesar de la ausencia de lluvia por el temor al frío y las alertas del temporal. "La gente tiene miedo a la nieve y no viene", comentaba con humor algún vendedor desesperado.

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